Argentina obtiene alta calificación en informe de salud mundial, pero OMS no detecta un aspecto clave

El tabaco sigue siendo un problema global de gran magnitud. Los efectos adversos del cigarrillo sobre la salud están bien documentados, desde el riesgo aumentado de enfermedades cardiovasculares hasta ser una causa directa de varios tipos de cáncer, los más graves incluidos.

A pesar de que en las últimas décadas se han implementado diferentes políticas de salud pública para abordar el tabaquismo, aún queda un largo camino por recorrer. Para empeorar la situación, los problemas asociados con el consumo de tabaco están surgiendo de formas inesperadas.

Este lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó su informe sobre la Epidemia Global del Tabaco 2025, en el marco de la Conferencia Mundial para el Control del Tabaco celebrada en Dublín, Irlanda. Este detallado informe evalúa la situación a nivel global y también realiza un análisis específico por país.

En cuanto a Argentina, aunque el puntaje general fue bueno, ciertos datos son motivo de preocupación. De todos, hay un factor que no fue adecuadamente considerado en el informe.

La OMS utiliza la metodología MPOWER para evaluar diferentes aspectos del tratamiento de la epidemia del tabaquismo. Cada letra de MPOWER representa una variable específica que se califica en una escala conceptual de 1 a 5.

Evaluación de Argentina por Categoría

La “M” corresponde al monitoreo del uso del tabaco y las políticas de prevención mediante encuestas en adultos y adolescentes. Argentina obtuvo un 5 en este aspecto porque el informe considera que los países deben haber realizado al menos una encuesta desde 2017; la última en Argentina fue en 2018. No hay datos recientes, salvo los de otros informes como la encuesta nacional de consumo de alcohol y drogas de la Sedronar en 2023, que reveló que casi la mitad de la población (49.2%) había fumado alguna vez.

Bajo la “P” de protección, Argentina también logró la máxima calificación debido a que por ley se prohíbe fumar en todos los espacios públicos, como restaurantes, universidades, oficinas y transportes, definiéndolos como “espacios libres de humo”. En este aspecto, todos los países sudamericanos están al mismo nivel.

En la categoría “O” que representa la oferta de ayuda para reducir el consumo de tabaco, el país se encuentra en un nivel moderado: el informe menciona que los planes de cesación del tabaquismo están cubiertos por el sistema de salud, aunque no siempre disponibles. Reconocen la existencia de una línea gratuita (0800-999-3040 del Ministerio de Salud de la Nación), pero señalan que las terapias de reemplazo de nicotina no están totalmente cubiertas.

Campañas y Políticas Públicas

La “W” de advertencias (warning) se divide en dos ítems. Referente a las advertencias en los paquetes de cigarrillos, Argentina recibió la máxima calificación, con gráficos y texto en el 50% del frente y dorso de los paquetes. Sin embargo, en las campañas masivas anti tabaco, la calificación fue de 2 sobre 5. El análisis revela que en 2022 no se realizaron campañas masivas en medios para advertir sobre el tabaco y los beneficios de dejar de fumar.

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La calificación “E” de aplicación de restricciones a la publicidad y promoción indica un 4 sobre 5. Aunque hay limitaciones en medios y espacios públicos, todavía existe publicidad en puntos de venta, la cual también debería estar prohibida.

Finalmente, la “R” de incremento de impuestos también recibió la nota más alta, ya que el 78.5% del precio de los cigarrillos corresponde a impuestos. Aun así, el informe señala que no se han hecho más inaccesibles en la última década.

El Desafío del Cigarrillo Electrónico

A pesar de todas estas medidas positivas, la OMS advierte que en Argentina el 17% de los adultos fuman, una prevalencia de las más altas en América Latina junto con Chile (17%) y Uruguay (16%). Otros países de la región registran tasas más bajas, como Brasil (9%), México (8%) y Colombia (5%).

Sin embargo, un problema emergente no se contempla en el informe: el uso de cigarrillos electrónicos.

La OMS señala que Argentina es uno de los 41 países donde está prohibida la venta de cigarrillos electrónicos. No obstante, a pesar de la prohibición, su uso se está incrementando, en especial entre los jóvenes.

La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) alertó que, a diferencia de los adultos que utilizan vapeadores para dejar de fumar cigarrillos comunes, en los jóvenes sucede lo contrario: el vapeo es la puerta de entrada al consumo.

Según un estudio de 2018, el 7% de los adolescentes argentinos usaban vapeadores, y otra encuesta de 2023 en estudiantes secundarios de escuelas públicas de Capital Federal elevó este porcentaje al 8%.

La SAP explicó que, en los últimos años, ha habido un aumento significativo en el uso de dispositivos de liberación de nicotina, la sustancia adictiva que causa dependencia al tabaco. Los cigarrillos electrónicos cuentan con diferentes modelos y marcas, funcionando con baterías que calientan una solución líquida para generar un vapor que se inhala.

Se destacó que esta solución contiene carcinógenos como el formaldehído, además de otros ingredientes desconocidos debido a que la distribución de cigarrillos electrónicos está prohibida en Argentina, lo que impide conocer su origen y fabricación.

El comercio ilegal es especialmente activo a través de canales online, facilitando el acceso a estos productos a jóvenes, quienes a menudo son incentivados por sus pares. Las soluciones para vapear vienen en variados sabores atractivos para este grupo etario, como frutas, chocolate, menta y cola.

También se comercializan líquidos para vapear con CBD y/o THC, que son compuestos activos del cannabis. “Vapear cannabis puede ser tan nocivo como fumarlo”, advirtió la SAP.

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Los pediatras subrayaron que en 2019 se identificó una enfermedad pulmonar grave relacionada con el uso de vaporizadores, denominada EVALI (Lesión Pulmonar Asociada al Uso de Cigarrillos Electrónicos), capaz de ser mortal.

Advirtieron que los adolescentes que vapean pueden desarrollar adicción más rápido que los fumadores de cigarrillos debido a las mayores concentraciones de nicotina en las soluciones. Además, es más probable que comiencen a fumar cigarrillos convencionales o consumir otras sustancias.

El SAP añadió un dato para destacar la importancia de la prevención: “El 80% de quienes empiezan a fumar lo hacen antes de los 18 años”.

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