“El joven de 18 años fallecido en el incidente formaba parte de una banda delictiva”, confirmó a través de sus redes sociales el alcalde de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro. Esto fue un día después del trágico choque entre un automóvil y una agrupación de más de un centenar de motos, conocidas por recorrer las vías de Mar del Plata realizando acrobacias y carreras. “Deben ser detenidos de forma contundente”, expresó.
El intendente se refería a Franco Agustín Maiorano (18), quien formaba parte del grupo de motociclistas y, mientras circulaba en sentido contrario por la avenida Fortunato de la Plaza (antigua 39), colisionó frontalmente con el Chevrolet Corsa de un joven de 23 años.
El vehículo perdió estabilidad, se descontroló y quedó en medio de la oleada de motocicletas. Las primeras impactaron contra la parte delantera y lateral. Algunos motociclistas agredieron al conductor y le pusieron un arma en la sien robándole sus pertenencias, incluidas sus zapatillas.
Un Ataque Organizado
Lo ocurrido no fue un simple incidente. Fue un ataque premeditado. No existen dos versiones de este acontecimiento: cada uno de los motociclistas estaba consciente de sus acciones y actuaron con intención. No fue simplemente una falta de conciencia.
Siete motociclistas, incluyendo a Maiorano, de edades entre 18 y 26 años, fueron llevados al hospital. Entre ellos, solo uno poseía licencia de conducir.
Consecuencias y Medidas
Montenegro expresó con firmeza: “Hay siete lesionados y deben recibir castigo sin importar el estado en el que hayan quedado físicamente. Esa es mi posición. Deben ir a prisión. Lamentablemente, la apología de la delincuencia apoya a estos delincuentes motorizados. La llamada ‘caravana de motos’ no es más que un grupo organizado para robar”.
Para el alcalde, lo acontecido en la intersección de la antigua 39 y Talcahuano trasciende un accidente. “Fue un ataque”, insistió.
Testimonios y Reacciones
“No existen dos perspectivas de este hecho: quienes se organizaron con las motos sabían sus intenciones. No es una ingenuidad, es planificación”, agregó. De hecho, se conoce que los pilotos se comunican a través de un grupo de Whatsapp que reúne a unos 700 miembros.
Se congregan en lugares como la rotonda del faro de Punta Mogotes, en una esquina de la avenida Luro, cerca del inicio de la ruta 226, o en la avenida Antártida Argentina, de donde salió la caravana este jueves, dirigidos hacia Punta Mogotes para hacer lo que denominan “stunt”, que son acrobacias y carreras en medio del estruendo de explosiones provocadas por sus motores. Los residentes están cansados de esta situación.
Montenegro afirmó que esto no es “una discusión vial. Es una cuestión de seguridad” y añadió en su publicación en X: “Se está aprobando la cultura del robo. Porque a los que disfrutan de la ilegalidad les dan atención e incluso protegen su identidad.”
“El único perjudicado aquí es el taxista de 23 años. Para él, efectivamente, fue una tragedia. No solo dañaron su herramienta de trabajo, sino que también fue agredido, amenazado y asaltado”, subrayó.
También mencionó que contactó al conductor del taxi y se ofreció a apoyarlo “en todo lo que requiera” enfatizando que “cuenta con el respaldo de la comunidad”.
Según Montenegro, mientras se desarrollaba el accidente en la antigua 39, el personal municipal estaba ejecutando otros operativos en diversas partes de la ciudad.
“En los últimos seis meses hemos decomisado 2.500 motos en operativos de la Patrulla Municipal. Reporto los éxitos de estos operativos cada fin de semana. Constantemente operamos en distintos puntos de la ciudad. Pero cuando se dirigen a los encuentros de acrobacias, debemos intervenir con rigor”, concluyó.
AA