Descubriendo Nuevas Secuelas del Covid-19
Martín Belsunce, un especialista en ingeniería electrónica con un doctorado en ingeniería, ha realizado avances significativos en el ámbito de la salud. Sus investigaciones recientes se enfocan en los efectos duraderos de una enfermedad que, aunque parece haber quedado atrás, sigue presentando retos: el Covid-19.
Impacto Persistente del Virus
Este patógeno respiratorio, que surgió en Wuhan, China, hace más de cinco años, provocó una crisis sanitaria mundial con más de 7 millones de defunciones según la OMS. Aunque el SARS-CoV-2 ha perdido parte de su letalidad inicial, sus efectos residuales continúan generando atención e interés entre la comunidad científica.
Estudio de los Síntomas Prolongados
Belsunce se ha concentrado en investigar aquellos individuos que, después de padecer Covid-19, experimentan síntomas que persisten con el tiempo, conocido como Covid prolongado. Si bien en diversas regiones se están llevando a cabo estudios exhaustivos, en Argentina son escasos los esfuerzos para comprender mejor esta condición.
Asociado al Conicet y la Universidad Nacional de San Martín, Belsunce emprendió un innovador estudio con personas que, tras haber sufrido un caso leve de Covid-19, continuaban con manifestaciones como problemas de memoria, confusión mental y agotamiento, incluso entre tres meses y dos años después de la fase aguda. Utilizando imágenes de resonancia magnética, comparó sus estados cerebrales con los de un grupo control saludable.
“Observamos alteraciones en el cerebro de estos individuos, detectando atrofias pequeñas en regiones específicas y una reducción de la materia gris, hallazgos típicos en enfermedades neurodegenerativas. También identificamos deficiencias en la materia blanca y en la perfusión cerebral, lo que indica una posible neuroinflamación”, detalló Belsunce.
Una de las conclusiones sorprendentes del estudio es que este deterioro cerebral se observó principalmente en individuos que no habían recibido la vacuna contra el Covid-19. “La mayoría de los afectados por estos síntomas no estaban vacunados. La vacunación reduce significativamente el riesgo de desarrollar Covid prolongado”, afirmó el ingeniero.
Según Belsunce, este fenómeno podría deberse a una respuesta exagerada del sistema inmunológico. Actualmente, se está investigando si los afectados por el Covid prolongado podrían tener un riesgo incrementado de padecer enfermedades neurodegenerativas en el futuro.
Relación con otras Investigaciones
Este tema también ha sido explorado por Gabriel de Erausquin, neurólogo e investigador en la University of Texas Health San Antonio, quien encontró similitudes entre las áreas cerebrales afectadas por el Covid-19 y las que lo son en la fase inicial del Alzheimer, aunque con diferencias importantes.
En la misma universidad, la investigadora Marcela Brocco trabaja junto a Belsunce en un proyecto que analiza biomarcadores de salud mental a través de la saliva. Este trabajo busca integrar factores cognitivos, de salud mental y resultados de imágenes cerebrales. Logran identificar proteínas que revelan inflamación y estrés, validando biológicamente los síntomas clínicos observados.
A pesar de haber pasado a un segundo plano, el Monitor Público de Vacunación sigue actualizándose, mostrando un ritmo estable en la aplicación de vacunas. Recientemente se ha incorporado la opción de la vacuna proteica ARVAC en las farmacias.
El desinterés hacia la vacunación contra el Covid-19 es parte de una tendencia más amplia de rechazo a las inmunizaciones por el cansancio acumulado tras las múltiples recomendaciones de refuerzos. Irónicamente, mientras este desinterés crece, la eficacia probada de las vacunas continúa respaldando su importancia en la prevención de casos graves.
PS