“Consideraba la tecnología como cables, ahora la veo como puentes de inclusión”. Así lo manifiesta Bianca, reflejando lo que aprendió en la Escuela Provincial de Educación Técnica N°18 de Puerto Esperanza, Misiones. Durante su tiempo en el taller, pudo aplicar la teoría de manera práctica colaborando en la creación del Mono LEO, un juguete que facilita el aprendizaje del braille para niños con discapacidad visual. En la actualidad, Bianca cursa estudios en trabajo social.
Bianca es solo una muestra del impacto que ha tenido el enfoque de Edgardo Doberstein. Este profesor defiende la idea de que la tecnología adquiere sentido cuando se utiliza para servir a la comunidad. Su filosofía pedagógica le ha merecido un lugar entre los seis finalistas del Premio Docentes que Inspiran, organizado por Clarín y Zurich, que honra a aquellos maestros que marcan la diferencia en la vida de sus estudiantes.
“Al preguntarme sobre lo que enseño en mi taller, siempre respondo: enseño a transformar realidades. Mis alumnos son la prueba de ello”, comenta orgulloso Edgardo.
Innovaciones y contribuciones
El caso de Bianca no es único. Jonathan, por ejemplo, empezó a utilizar su impresora 3D para la creación de prótesis para animales necesitados. Durante la pandemia, Lautaro diseñó un termómetro que no solo detectaba la fiebre, sino que también evaluaba el sentido del olfato. “Aprendí que la electrónica puede proteger a los demás”, reflexiona. Actualmente, sigue la carrera de Ingeniería Electrónica.
Superando desafíos
Edgardo ha tenido que ser muy ingenioso para superar la escasez de recursos. “Siempre aprovechamos lo que tenemos: viejos motores, varillas recicladas, incluso partes de impresoras desechadas. Durante la pandemia, creamos un termómetro con componentes básicos de electrónica que logramos obtener gracias a donaciones”, relata.
No obstante, el profesor admite que el reto más grande es transmitir a sus estudiantes la capacidad que tienen de generar un impacto significativo en su entorno. Para ello, emplea la empatía, situándose en el lugar de los alumnos. A partir de ahí, les muestra ejemplos exitosos y les otorga libertad para experimentar.
El taller de Edgardo se ha transformado en un verdadero semillero de invenciones con incidencia real. El Mono Leo fue probado en el Instituto del Ciego de Posadas. También idearon un dron submarino para la búsqueda de personas desaparecidas.
Uno de los logros notables fue la participación en el proyecto CANSAT, un concurso nacional que reta a construir un satélite en una lata, donde los alumnos de Doberstein alcanzaron la final entre 860 establecimientos educativos.
El impacto del trabajo de Edgardo se refleja en cifras: 8 de cada 10 estudiantes aprueban la materia, la incidencia de problemas de conducta se ha reducido a la mitad, y muchos que pensaban abandonar la escuela actualmente siguen carreras tecnológicas.
Impulsor de sueños
“Mi verdadera acreditación no es la de profesor, sino la de sembrador de sueños”, afirma Edgardo. Y en cada rincón de Puerto Esperanza hay ejemplos que lo corroboran: desde un niño que aprendió Braille gracias al Mono Leo hasta un joven que se dio cuenta de que podía enviar un satélite al espacio.
Para Edgardo, la enseñanza consiste en sembrar la convicción de que, aun con recursos limitados, es posible mejorar la vida de las personas. Su mayor satisfacción proviene del feedback de sus estudiantes: “Profe, aplicamos lo que aprendimos en el taller”.
Celebrando el compromiso docente
El Premio Docentes que Inspiran busca resaltar y rendir tributo a los maestros de todo el país que, mediante su creatividad y dedicación, dejan huellas permanentes en sus alumnos. En esta quinta edición, se presentaron más de 2.100 candidatos. Se otorgarán 24 millones de pesos en premios: 14 millones para el docente inspirador del año y 5 millones para cada una de las dos menciones especiales.
Para conocer las historias de los seis finalistas del Premio Docentes que Inspiran, puedes acceder a www.premiodocentesqueinspiran.com.ar o seguir las redes sociales del concurso: en Facebook como “Docentes que Inspiran” y en Instagram como @docentequeinspiran.