“Actualmente estamos siendo visitados por la Comisión Nacional de Energía Atómica debido al acelerador lineal de partículas. Es un logro trascendental”. Gustavo Jankilevich, director del Hospital de Oncología “María Curie”, inicialmente nos iba a hablar sobre un innovador tratamiento para el melanoma desarrollado por investigadores argentinos y fabricado por una industria local, que planean utilizar pronto. Sin embargo, la conversación se desvió hacia otro avance: el moderno dispositivo de radioterapia que se instalará, por primera vez, en un hospital de la capital.
“Desde hace dos o tres décadas se viene hablando de esto y hoy es una realidad”, comentó emocionado Jankilevich. Se refería al acelerador lineal que emitirá radiación para tratar a pacientes oncológicos, una tecnología también conocida como “linac” por el término en inglés linear accelerator. “Ya está aquí, instalado y listo, y hemos capacitado al personal para utilizarlo”, aclaró el médico.
Al cierre de esta publicación, el ajuste final de la instalación del acelerador estaba en curso. Este es uno de los pocos dispositivos en su tipo en todo el país. Frente a otras opciones de radioterapia, como la tradicional bomba de cobalto que el hospital ha estado empleando, esta innovación ofrece un beneficio incomparable al ser más eficaz contra los tumores. Gracias a su precisión, daña menos los tejidos cercanos al tumor. “Es una herramienta más precisa y lineal”, explicó el médico, destacando que, al igual que otras tecnologías de radioterapia, “es aplicable a cualquier tumor sólido”.
La inversión para el acelerador lineal rondó los 4 millones de dólares. Este monto incluye varias etapas esenciales: la construcción necesaria para alojar el equipo, la adquisición del dispositivo radiante en sí y la compra de un tomógrafo para planificación radiante.
“A excepción del Hospital Garrahan, que se dedica a pediatría y tiene gestión mixta entre la Nación y la Ciudad, este es el primer acelerador lineal de su clase en la ciudad. Es un avance verdaderamente significativo”, subrayó el médico.
Con el cierre del Instituto Nacional del Cáncer, Clarín contactó directamente al Ministerio de Salud para consultar cuántas instituciones de salud pública cuentan con esta tecnología de vanguardia en Argentina. Esto se debe a que los registros nacionales suelen carecer de información proporcionada por municipios, provincias o el sector privado.
En espera de esa información y con lo que se ha podido verificar, además de algunas entidades privadas como el Instituto Alexander Fleming o el Hospital Alemán, hay aceleradores lineales de partículas en el Hospital Provincial de Neuquén “Dr. Eduardo Castro Rendón” y en el Hospital Oncológico Provincial de Córdoba.
De acuerdo con fuentes del Gobierno de la ciudad, el aparato que se estrenará en el María Curie “está entre los más avanzados tecnológicamente en Argentina, incluyendo aquellos que ya poseen algunas instituciones privadas de salud”.
El constante combate contra el cáncer
Es cada vez más común escuchar que ciertos tipos de cáncer están aumentando entre personas menores de 50 años, algo que muchos asocian con el deteriorado estilo de vida, incluyendo la alimentación, la actividad física y la salud mental. Los expertos del María Curie, un prestigioso centro que está a punto de cumplir 95 años, reportan que reciben entre 5,000 y 6,000 pacientes al mes. Estos van desde quienes buscan una segunda opinión o necesitan tratamiento hasta aquellos que requieren cuidados paliativos o consejos preventivos”, detalló Jankilevich.
Recientemente designado director del María Curie, Jankilevich reconoce que su ascenso, impulsado a finales del año anterior, tenía un propósito claro: asegurar la instalación del acelerador lineal de partículas. Esto implicó solo un pequeño cambio geográfico: pasar del Hospital General de Agudos “Carlos G. Duran”, donde lideraba el servicio de oncología, al María Curie, un referente en oncología ubicado en el corazón de Parque Centenario, rodeado por Villa Crespo, Caballito y Almagro.
Cerca de lograr este objetivo, su entusiasmo es palpable: “Es un gran avance. Los tumores pueden tratarse mediante cirugía, radioterapia y tratamiento médico. Sin embargo, en lo que respecta a la radioterapia, hemos estado usando tecnología antigua, como la bomba de cobalto, que es esencial reemplazar por energías ‘limpias’ producidas por un acelerador de partículas, que presentan una menor toxicidad”.
El poder del acelerador de partículas en la oncología
Jankilevich explicó que la gran ventaja del “linac” radica en su capacidad para enfocar la radiación exclusivamente en el tumor, evitando afectar en gran medida los tejidos sanos adyacentes. Esta característica es vital, ya que las radioterapias, aunque sirven para reducir o eliminar tumores sólidos, se basan en rayos que pueden ser cancerígenos.
De manera sencilla, esto clarifica por qué es crucial que los centros de radioterapia modernicen sus equipos con este tipo de tecnología, pese a su elevado coste.
Para simplificar, podríamos comparar el efecto de un acelerador de partículas con el filamento preciso de un láser frente a la amplia iluminación de una lámpara convencional presente en cualquier hogar.
Con un acelerador, se garantiza el control completo sobre la dirección y el área a irradiar. Dependiendo del éxito del tratamiento, el tumor sólido podría desintegrarse gracias a los potentes rayos gamma utilizados, que actúan como destructores de átomos.
Por otro lado, la antigua tecnología de radioterapia actúa como una “lluvia de luz” que no sólo impacta en las células tumorales sino también en los tejidos sanos circundantes, reduciendo así el impacto focal y afectando innecesariamente a miles de células saludables.
Cuando se le consultó a Jankilevich sobre los tipos de cáncer más frecuentes que tratan, mencionó un desafortunado “Top 5”. “Son los casos que más vemos nosotros y también prevalecen en el sistema sanitario en general: cáncer de mama, cérvix, próstata, colon y recto. El quinto puesto varía según el área geográfica del hospital analizado”, explicó el médico, adicionando: “En algunos lugares, especialmente según el tipo de población, es el cáncer de pulmón. En otros, predominan los tumores estomacales”.
Lo que sigue ahora es completar la instalación del acelerador para comenzar a utilizarlo. “Esperamos comenzar a tratar pacientes para diciembre”, concluyó.
PS