Jorge Fernández Díaz: Un Hijo de Exiliados Celebrado en España
Jorge Fernández Díaz desciende de asturianos que buscaron refugio en Argentina tras la guerra civil española. Actualmente, este descendiente del exilio es bienvenido en el país de sus padres, donde los recuerdos de su madre Carmina y la historia de su padre Marcial, plasmados en sus obras, han consolidado su legado. En Asturias, recibió cariño por su libro “El secreto de Marcial”, que le valió el prestigioso premio Nadal. En su 65 cumpleaños, este periodista y escritor obtuvo el galardón más respetado de la prensa española, el premio Mariano de Cavia, entregado por los reyes Felipe y Letizia en una solemne ceremonia que coincidió con su otra gran pasión, el periodismo.
El Rol Fundamental del Periodismo Ante el Poder
Previo al evento, conversamos con el reconocido periodista y escritor Jorge Fernández Díaz, quien compartió su visión sobre el presente de su profesión, la cual ha ejercido desde muy joven. Su padre temía que se adentrara en este campo, pero él sostiene que “el periodismo debe desmantelar los relatos infundados del poder usando datos y razonamientos lógicos”.
–Eugenio Scalfari, una figura emblemática de tu campo, afirmó que “el periodista es quien dice a la gente lo que sucede realmente”. ¿Qué ha cambiado para que esa definición esté perdiendo vigencia en la ética del periodismo actual?
–Aunque sigo viendo validez en esa definición clásica de Scalfari, hoy las redes sociales han ampliado su significado, mostrando “lo que la gente experimenta”. Sin embargo, este avance es ambiguo. Como profesional, sigo múltiples cuentas en X que son verdaderas representaciones del pensamiento colectivo y otras que revelan ciertos aspectos del entorno político. Las redes pueden ser tanto un catalizador de democracia como un espacio de engaño y sesgo, donde las burbujas alimentan la desinformación. Es esencial que el periodismo actúe con criterio, aprovechando lo valioso y señalando lo dañino dentro de las redes.
–Finalizaste tu discurso afirmando que vivimos rodeados de falsedades. ¿Qué implica esto, Jorge?
–El rol del periodismo es crucial en deconstruir los discursos engañosos del poder utilizando hechos y lógica, en un contexto donde los gobiernos se dedican a crear narrativas manipuladoras. Denunciar las noticias falsas es vital, especialmente con el auge de la Inteligencia Artificial, que expandirá la confusión. Las audiencias no podrán distinguir entre verdad y mentira, y nuestro trabajo será clave para discernir entre ambas. No nos subordinamos a los poderes, ni partidos ni a redes, y debemos desafiar incluso a nuestro propio público para mantener nuestra integridad moral y enfrentar la tendencia de una democracia polarizada, donde el diálogo se extingue.
–A pesar de tus raíces asturianas, ¿cuál es tu conexión actual como ciudadano y creador literario?
–Lamento la ausencia de mis padres, que no pudieron ver esta peculiar vuelta del destino: su hijo recibiendo el premio más valorado del periodismo español en presencia de la realeza. Es un logro que jamás imaginamos. Soy un escritor argentino con backgrounds asturianos, buscando perpetuar la tradición periodística española. Mi vida está en Buenos Aires, pero mi vínculo con España es constante gracias a la tecnología. Estoy profundamente conectado con mi país de origen.
–¿Cómo percibes la situación actual de España, el país que hoy celebra tu labor?
–Es indudablemente un país próspero, aunque esa prosperidad puede ser engañosa. Alcanzamos este nivel con democracia y negociaciones, pero ahora se enfrenta a fuertes divisiones y a una confrontación ideológica feroz. Esa falta de consenso no beneficia ni a la sociedad ni a la economía. Ojalá se logre recuperar la unidad pronto. Aunque los argentinos no tenemos autoridad moral para criticar, ya que nuestra historia política ha sido un descalabro persistente. Para nosotros, acuerdos como el Pacto de la Moncloa eran ideales, que, lamentablemente, algunos españoles ahora no valoran.
–La historia de tus padres que vivieron el exilio, ¿cómo afecta tus sentimientos actuales?
–El populismo amenaza con extremar todas las posiciones y corromper las ideologías, transformando la política en un instrumento de odio. Este ambiente de rencores es preocupante y remonta a desgracias pasadas. Espero fervientemente que no se repita…
–Dedicas tu reconocimiento a “la fiel infantería del periodismo”. ¿Cuáles son los recursos de esta infantería?
–Al referirme a infantería, pienso en los reporteros y cronistas que perseveran a pesar de salarios bajos, buscando informar y revelar verdades ocultas. Sus herramientas son la honestidad, estar en contacto con la realidad, revisar los datos con rigor, y continuar mejorando mediante la educación continua para evitar que el periodismo sea superficial.
–¿Qué efectos tienen las presiones que enfrenta el periodismo, tanto en Argentina como en el mundo, como en Estados Unidos?
–Mientras los gobiernos son máquinas de ficción, nosotros, los periodistas, nos oponemos, generando incomodidad. Los gobernantes emplean tácticas para censurar y desacreditar a quienes cuestionan sus narrativas. Debemos fortalecernos, no podemos ser frágiles, sino resistentes como una generación de acero frente a los engaños sostenidos por poder y dinero.
–El periodismo es una actividad “incómoda y muchas veces criticada”. El premio Cavia es para ti un honor. ¿Qué responsabilidad conlleva?
–Todo reconocimiento implica un compromiso. Tras 45 años en el campo, en un punto consideré dedicarme exclusivamente a la escritura. Ahora, entiendo que debo equilibrar ambas pasiones y continuar entregándome tanto a la literatura como al periodismo.
–El artículo premiado lleva por título “Bienvenidos al populismo de derecha”. Felicitaciones, Jorge. Pero, ¿hasta cuándo se enfrentarán adjetivos en el periodismo?
–Debemos manejarlos con cuidado cuando los usamos y mostrarnos valientes ante los ataques de los poderes que buscan desacreditarnos. Tendremos que soportar las descalificaciones mientras haya democracia en el mundo. De lo contrario, todos, no solo los periodistas, estaremos en grave peligro.