El triste fallecimiento de la reportera Leticia Lembi, al caer al vacío mientras intentaba capturar una imagen desde una escalera situada en el acantilado de Barranca de los Lobos, Mar del Plata, ha suscitado una incógnita crucial: ¿quién es el encargado de la supervisión, el cuidado y la señalización de ese lugar? Clarín ha podido verificar que la respuesta es complicada, y en algunos casos, es inexistente.
Situación actual de la responsabilidad en Barranca de los Lobos
El municipio de General Pueyrredon intentó aclarar la razón detrás de la falta de barandas y señalización clara en el sector donde ocurrió el trágico accidente, pero sus explicaciones solo revelaron la carencia de decisiones concretas sobre una zona transitada por miles de turistas cada año, aunque no sea oficialmente una playa.
El Balneario de los Lobos, según fuentes municipales, es peculiar porque ya no posee una playa pública ni servicios de salvavidas debido a la erosión del mar. “Actualmente, solo hay rocas”, afirmaron, indicando que por este motivo la presencia estatal es prácticamente nula en esa área.
Al cuestionar directamente sobre quién es el responsable del cuidado de la escalera, la respuesta fue clara: “No hay mantenimiento porque no existe una playa que explotar”. Sin embargo, también dijeron: “No se puede asegurar que sea de jurisdicción provincial porque la responsabilidad no está definida”.
El gobierno local admite su incertidumbre sobre si la administración del área corresponde a la Provincia o a ellos mismos. También reconocen que no hay un programa de mantenimiento para una escalera de cemento construida hace años que, a día de hoy, está completamente expuesta. “Hablar de mantenimiento en áreas naturales es complicado… son acantilados”, afirmaron desde Mar del Plata, pese a que muchos visitantes llegan por las panorámicas vistas para pescar o tomar fotos.
Esta escalera está oculta detrás de una densa arboleda, accesible tras cruzar desde la ruta provincial 11, en un área sin urbanización visible. Aunque existen imágenes de turistas en redes sociales, no es visible desde la carretera y en algunas áreas cercanas existen avisos que alertan sobre posibles deslizamientos.
Seguridad y señalización: una brecha evidente
De acuerdo con las fuentes consultadas, hay advertencias, pero no precisamente donde ocurrió el lamentable accidente. Los carteles relacionados con los peligros del acantilado están situados junto a la ruta 11, pero no en el lugar exacto del incidente.
Ante la idea de instalar barandas en la escalera, que se encuentra deteriorada y sin protección, las fuentes explicaron que no es posible ya que no es definida como una playa de balneario. No se aclaró si alguna vez hubo intención de reparar este punto o si se consideró eliminar la escalera.
Autoridades y proyectos para playas privadas
Representantes marplatenses mencionaron proyectos para extender concesiones: “Mar del Plata está trabajando actualmente en la expansión de las Unidades Turísticas Fiscales para ofrecer concesiones en playas antes no explotadas”, afirmaron, indicando que ya se han habilitado nuevas áreas este verano.
No obstante, Barranca de los Lobos sigue siendo un lugar sin infraestructura y servicios, sin ninguna supervisión de guardavidas.
Un paisaje tan atractivo como peligroso
El entorno donde ocurrió el accidente fatal es admirado por sus impresionantes paisajes naturales y vistas panorámicas, aunque esta fascinante imagen contrasta con el estado de abandono evidente en la zona.
Entre lo que se puede ver se encuentra una plataforma irregular, sin medidas de protección. Los tramos de descanso de la escalera también presentan un evidente deterioro. Habitantes y visitantes han alertado sobre estos riesgos desde hace tiempo. La descripción de un video en redes sociales lo advierte: “Acceso a escalera de Barranca de los Lobos. Precaución, ¡no recomendado para niños!”
Son los pescadores quienes comprenden mejor los peligros. Luis Daniel Zabala comentó que no existe señalización de advertencia en el acceso a la ruta, destacando que la escalera, con más de medio siglo de antigüedad, es robusta pero carece de barandas.
“Los turistas siempre visitan”, mencionó a Clarín Zabala. “Personas de todas las edades se acercan para tomar fotos y luego se retiran. Aquellos familiarizados con el lugar saben hasta dónde es seguro acercarse”, añadió.
Para los residentes, el abandono es evidente. “Los vecinos observan con desagrado la situación. Percibimos una falta de atención por parte del Municipio”, resume un lugareño.
El fallecimiento de la joven comunicadora ha revelado una cruda realidad: en un área popular de la ciudad, no hay barandas, falta señalización en el lugar crítico, no existe un plan de mantenimiento, no se prestan servicios y aún se desconoce quién debería tomar responsabilidad.
SC
