Planifica tu escapada estival: maximiza tu experiencia de compras en Chile eludiendo retrasos fronterizos
Este verano, Chile se prepara para recibir una oleada de turistas argentinos, atraídos por un trinomio perfecto: playas, montañas, y un shopping ventajoso frente a los precios de la Costa Atlántica de Argentina.
A aquellos que deciden emprender el viaje en su vehículo propio, el desafío más grande lo representa la sinuosa ruta 7 de alta montaña en Mendoza, que forma parte del corredor biocéanico del Mercosur. Esta ruta se caracteriza por sus curvas peligrosas, sectores de pavimento en mal estado, y una congestión vehicular compuesta por más de 1,100 camiones diarios, 40 buses y 1,300 automóviles, lo que provoca demoras significativas en la aduana.
Recientemente, se registró un trasiego de más de 15,000 personas en los últimos dos días, con tiempos de espera en la aduana superiores a las 7 horas y filas de vehículos que se extendían por más de 6 kilómetros en plena cordillera, según reportes de la Gendarmería Nacional.
Un testimonio frustrado de José, un comerciante de vacaciones en Papudo con su familia, refleja esta situación: “Arribamos a la frontera a las 17:30 horas y no logramos cruzar hasta la 1 de la mañana. El procedimiento de revisión del equipaje es excesivamente burocrático y lento”, reclamó.
Ante el caos vehicular iniciado el fin de semana largo, el gobierno de Mendoza implementó áreas de descanso a lo largo de la ruta, permitiendo que los viajeros argentinos esperaran en sus automóviles sin quedar atrapados en túneles o bajo cobertizos. Estos sitios, ubicados en Uspallata, Punta de Vacas, Penitentes, y Puente del Inca, cuentan con servicios sanitarios y capacidad para albergar alrededor de mil coches cada uno.
Acceso preferencial al turismo
El túnel internacional Cristo Redentor – Los Libertadores se distingue como la principal vía de ingreso debido a su proximidad con la capital chilena y acceso directo al puerto de San Antonio, ofreciendo distancias menores a los puntos de interés: solo 160 kilómetros a Santiago y 196 kilómetros a Viña del Mar desde Las Cuevas.
Sin embargo, es menos conocido el hecho de que existe una ruta alternativa que gana popularidad entre aquellos que parten del sur de Mendoza o norte de Neuquén, ubicada en el límite cordillerano de Malargüe.
Explorando rutas alternas: el Paso Pehuenche
La ruta del Paso Pehuenche, completamente asfaltada, solo presenta dificultades en temporada de nevadas o desbordamientos fluviales. Este paso está situado a una altitud menor, 2,550 metros sobre el nivel del mar, en comparación con el paso de Cristo Redentor situado a 3,200 metros sobre el nivel del mar.
“El Pehuenche destaca por su excelente estado de asfalto y sus paisajes. Es un trayecto tranquilo, con escaso tráfico de camiones y unos pocos buses al día; además, es seguro, ya que no se reportan accidentes”, señaló Ernesto, un habitante de San Rafael que frecuenta esta ruta cada verano para llegar a Chile.
Datos clave sobre el cruce por el Paso Pehuenche
Para llegar al Paso Pehuenche, los viajeros deben seguir la ruta 145, que conecta Argentina con Chile, pasando por Malargüe y Talca. En el lado argentino, la Aduana opera en Las Loicas, y una vez en Chile, la travesía continua a lo largo de la hermosa Laguna del Maule, rodeada de una impresionante flora y cascadas, hasta alcanzar la aduana chilena.
Talca ofrece una variedad de tiendas y marcas favoritas de los argentinos, facilitando una experiencia de compras completa. “En el último Black Friday, partimos temprano desde San Rafael y para el mediodía ya estábamos comprando en Talca”, compartió Ernesto, destacando la eficiencia del trámite aduanero en este paso, notablemente más rápido que en el cruce del Cristo Redentor.
La belleza del paisaje, la menor congestión vehicular en comparación con Cristo Redentor, y la positiva experiencia en los controles aduaneros, posicionan a Pehuenche como una opción valiosa para quienes desean explorar Chile sin las habituales demoras.
La ciudad de Talca, situada a 160 kilómetros del límite fronterizo, actúa como un portal hacia Chile, ofreciendo a los viajeros una bienvenida con todas las comodidades comerciales necesarias para una estancia placentera.
Los desplazamientos por Pehuenche, además de brindar una experiencia más amena en la aduana, revelan paisajes deslumbrantes y permiten una aventura de viaje distinta, lejos de las aglomeraciones del paso más transitado.
Finalmente, tanto Talca como Malargüe subrayan la necesidad de mantener el paso abierto todo el año para favorecer el turismo y la economía local, pese a los desafíos climáticos que han obligado cierres prolongados durante los inviernos pasados.