“Realmente espero que nunca le ocurra algo similar a nadie cercano, es una experiencia muy dura. Nadie merece esto, ni siquiera alguien muy malo. Deseo que los responsables enfrenten las consecuencias. Gio tendrá que someterse a controles médicos de por vida y en este momento no puede estar en brazos de sus padres, debido a lo sucedido”. Sol, de 20 años, es la madre de Giovanni, un bebé de apenas 3 meses. Desde su nacimiento está hospitalizado por una seria infección tras recibir fentanilo contaminado.
El inicio de una trágica historia
El relato es extenso y lleno de sufrimiento. Para resumir, los puntos clave son que el pequeño nació el 26 de abril, después de un embarazo sin complicaciones. Los padres, jóvenes en sus veintes de Córdoba, vivieron una cesárea normal. Después del parto, mientras Sol iba a su habitación, Giovanni pasó a estar con Darío, el padre. En aquellas primeras horas, Darío, aún aturdido por la emoción, describió que el bebé hizo un suave ruido, como si fuera un problema respiratorio.
Giovanni fue trasladado a la unidad de Neonatología y ha estado allí desde el 26 de abril. Podría haber ido a casa, pero a principios de mayo sufrió una descompensación después de que los médicos le administraron fentanilo contaminado con bacterias resistentes a los antibióticos.
Impacto de las bacterias y búsqueda de justicia
Esta sustancia fue distribuida por los laboratorios HLB y Ramallo, investigados por la Justicia Federal debido a la muerte de al menos 40 personas. Se descubrió que los lotes contaminados no solo afectaron hospitales en La Plata y Santa Fe, sino que también llegaron a Córdoba, provocando más de 20 muertes adicionales.
Investigaciones revelaron que unas 1,300 ampollas llegaron a la Clínica Vélez Sarsfield en Córdoba, donde Giovanni nació. A pesar de que el Ministerio de Salud cordobés aseguró que no compraron fentanilo de esos laboratorios, la situación en el sector privado sigue siendo incierta.
Mientras tanto, Darío sostiene a Giovanni, quien enfrenta una difícil recuperación del fentanilo contaminado recibido en la misma clínica donde vio la luz por primera vez.
Consecuencias para la salud del bebé
El 9 de mayo fue un día crítico cuando Giovanni experimentó la primera de muchas descompensaciones. Durante esos días, los padres intentaban entender si el fentanilo administrado fue antes o después de esa primera crisis respiratoria.
Las bacterias klebsiella pneumoniae generaron múltiples complicaciones y descompensaciones en Giovanni, debido a las diversas combinaciones de antibióticos que los médicos probaron sin éxito para combatir la infección.
Darío recuerda la confusión y desesperación al no comprender la gravedad de la situación. “Me preguntaba cuándo se recuperaría; cuándo saldría de la incubadora. Lo más desconcertante era que había nacido sano”.
Sol interviene en la narración: “Una vez que se identificó la presencia de klebsiella, los médicos empezaron a cuestionar cómo pudo haberse contagiado”.
Giovanni comenzó una exhaustiva serie de tratamientos con antibióticos. Darío detalló que pasó por varios antibióticos sin éxito en erradicar la bacteria, lo cual empeoró su condición con un riesgo de falla multiorgánica, lo que hubiera sido irreversible.
Sol recuerda que llegaron a un punto donde su vida estaba en riesgo. Intentaron con todos los antibióticos posibles, pero ninguno funcionaba y Giovanni dejó de orinar. Finalmente, un antibiótico no indicado para bebés logró eliminar la bacteria, pero dejó secuelas en su función hepática.
A pesar del sufrimiento, los padres de Giovanni mantienen la esperanza de una pronta recuperación y unirse a su hijo en casa.