A pesar de que el cáncer de pulmón está frecuentemente vinculado al hábito de fumar, en los últimos años ha surgido una tendencia que ha captado el interés de los especialistas: un aumento en la aparición de esta enfermedad en personas que no fuman, especialmente en mujeres menores de 45 años, a nivel global.
Las causas de este fenómeno aún no se comprenden del todo y no existe una única explicación que lo justifique. Aunque el porcentaje de casos en no fumadores no supera el 20% del total, la cifra es considerablemente alta en términos absolutos, equiparándose a la cantidad total de casos de cáncer de ovario.
“En términos generales, el cáncer de pulmón en personas que no fuman se asocia con el tabaquismo pasivo, es decir, convivir con fumadores. Otro factor es la exposición al radón, un gas que se encuentra en la corteza terrestre. Por último, la contaminación ambiental también juega un papel importante”, comentó el doctor Raúl Martín, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC), al diario Clarín.
El cáncer de pulmón se posiciona como el tipo de cáncer más común y como la causa principal de muerte por cáncer a nivel mundial.
En Argentina, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reporta más de 13,016 diagnósticos de esta enfermedad y 10,673 muertes cada año.
En 2022, la cifra global de muertes ascendió a 1,8 millones, y se espera que para 2050 surjan cerca de 35 millones de nuevos casos.
Factores Genéticos y Diagnóstico
Identificar mutaciones genéticas es crucial para determinar el tratamiento más efectivo. El cáncer de pulmón de células no pequeñas (NSCLC por sus siglas en inglés), caracterizado por su desarrollo en los tejidos pulmonares, representa entre el 80% y el 85% de los casos.
A pesar de su alto índice de aparición, muchos individuos son diagnosticados en etapas avanzadas, y en aproximadamente el 70% de los casos, el cáncer no es operable.
La ausencia de síntomas en las fases iniciales de la enfermedad dificulta la eficacia del tratamiento.
En la región latinoamericana, el gen EFGR (receptor del factor de crecimiento epidérmico) presenta mutaciones en un 22% de la población con cáncer de pulmón de células no pequeñas.
La quimioterapia y la inmunoterapia son los tratamientos más comunes para el cáncer sin mutaciones. Sin embargo, en los casos con la mutación del EFGR, un estudio reveló su presencia en el 14% de los pacientes.
El osimertinib era el fármaco habitualmente utilizado para tratar estos casos avanzados.
Avances en Tratamientos Innovadores
El Estudio Mariposa, que combina amivantamab con lazertinib, fue presentado recientemente en París durante el Congreso Europeo de Cáncer de Pulmón (ELCC, por sus siglas en inglés) de 2025 por Johnson & Johnson. Este estudio comparó el nuevo tratamiento con el anterior, demostrando que aumenta la supervivencia.
El doctor Martín, uno de los investigadores, señaló que “de 100 casos, 30 poseen una mutación tratable, 70 carecen de mutaciones y, entre estos últimos, 14 presentan el gen EFGR”.
Las mutaciones en el gen EFGR permiten que las células cancerosas proliferen y se diseminen por el cuerpo.
La detección temprana de esta enfermedad es fundamental. Se recomienda a las personas de alto riesgo (aquellas que han fumado por más de 55 años y que han fumado al menos una vez en los últimos 15 años) realizar tomografías torácicas anuales de baja dosis, ya que puede reducir las muertes por cáncer de pulmón.
La oncóloga Carmen Puparelli, presente en el congreso europeo, enfatizó la importancia del Estudio Mariposa, que sigue en fase experimental. “Este tratamiento no es una cura, pero prolonga la vida de los pacientes, que es el objetivo principal”, afirmó Puparelli.
“Esta nueva combinación es algo más tóxica que el tratamiento previo. Por lo tanto, los médicos y pacientes deben dialogar sobre si están dispuestos a tolerar un poco más de toxicidad”, comentó al diario Clarín.
El Estudio Cocoon, también presentado en el ELCC 2025, se centró en mejorar los cuidados dermatológicos para disminuir los efectos secundarios en pacientes tratados con amivantamab.
Identificación de los Síntomas
Entre los síntomas principales del cáncer de pulmón se incluyen una tos persistente, dolor en el pecho, dificultad respiratoria, pérdida inexplicable de peso y fatiga. Identificar estos signos y buscar atención médica de inmediato puede ser crucial para un diagnóstico precoz.
Puparelli también recalcó que “hay una significativa porción de pacientes que nunca han fumado y aún así presentan cáncer de pulmón”.
“Se ha comenzado a relacionar esta enfermedad con la contaminación del aire. Además, cada vez observamos más casos de cáncer de pulmón en personas jóvenes. Actualmente trato a pacientes de poco más de 20 años que nunca han fumado. La edad promedio de diagnóstico es entre 65 y 70 años. ¿Cómo se explica que una persona de 25 años, no fumadora, lo tenga?”, argumentó
Adicionalmente, destacó la importancia de prevenir el tabaquismo, que “se asocia a 25 tipos distintos de tumores: boca, lengua, pulmón, esófago, riñón, vejiga, ya que la nicotina permanece en la orina, entre otras enfermedades cardiovasculares”, así como también el uso de cigarrillos electrónicos, principalmente entre los jóvenes.
Progresos en los Procedimientos Terapéuticos
Jimena Tejada, otra especialista argentina que asistió al congreso europeo, y directora regional para Asuntos Médicos para Oncología en Latinoamérica en Johnson & Johnson, compartió sus perspectivas. “Al diagnosticar cáncer de pulmón, se realiza una biopsia para analizar las células. Dependiendo del tipo de célula presente en el tumor, lo clasificamos en dos grandes categorías: cáncer de pulmón de células no pequeñas y de células pequeñas”, explicó.
En el caso del cáncer de células pequeñas, señala Tejada, estos casos representan entre el 15% y el 20%, “son mucho más agresivos y tienen un peor pronóstico”.
“Hace dos décadas, el cáncer de pulmón era una sentencia de muerte inminente. Sin embargo, los avances recientes han hecho que el cáncer de pulmón comience a asemejarse más al de mama”, comparó.
Tejada concluyó que “el objetivo para estos pacientes es prolongar la vida lo máximo posible, siempre asegurándose de que disfruten de la mejor calidad de vida”.
Las alteraciones y mutaciones genómicas son un reto para los profesionales médicos. Sin embargo, prolongar la vida de los pacientes es una meta cada vez más alcanzable gracias a los tratamientos contemporáneos.
