En los primeros meses del año, se confirmaron los primeros contagios y, el pasado 24 de abril, el Ministerio de Salud emitió una advertencia tras una serie de infecciones que daban al panorama un carácter de brote. La afección, listeriosis, se transmite a través de alimentos y es provocada por la bacteria Listeria monocytogenes, presente en agua y suelos. Se ha determinado que el origen de esta situación fue el consumo de un queso.
“Es la primera ocasión en la que en Argentina se logra establecer una conexión entre casos humanos de listeriosis y una fuente común comprobada mediante análisis genómicos”, señala el reporte del Ministerio de Salud de la Nación. Aunque esta patología normalmente es leve en individuos sanos, puede tener consecuencias severas y, en algunos casos, mortales para embarazadas, niños, ancianos y personas con inmunidad reducida.
El reporte oficial señala que, a pesar de ser relativamente infrecuente (0,1 a 10 casos al año por millón de personas, dependiendo del país o región según la Organización Panamericana de la Salud), la enfermedad es una de las infecciones alimentarias más agresivas y “tiene una alta tasa de mortalidad, lo que la convierte en un reto relevante para la salud pública”.
Los casos registrados de listeriosis, desde finales de 2024 hasta lo que va de este año, tuvieron lugar en tres jurisdicciones del país, mostrando una alta similitud genómica, lo que sugería una fuente de infección común. Los primeros casos se reportaron en diciembre de 2024 en la provincia de Buenos Aires. Posteriormente, hubo un caso en la Ciudad de Buenos Aires (después de un viaje a Tucumán) y, en febrero y mayo, otros dos en Tucumán.
En respuesta, se inició una investigación sanitaria en Tucumán, realizando entrevistas a los afectados (o a familiares) sobre los alimentos consumidos antes de enfermarse y dónde se adquirieron. Los expertos visitaron los puntos de venta y recolectaron muestras de alimentos listos para el consumo (que no requieren cocción adicional).
En total, se analizaron 26 muestras de alimentos, hallándose Listeria monocytogenes en cinco de ellas. Una de estas muestras, un queso criollo fabricado industrialmente a baja escala (nota: la marca aún no ha sido divulgada), mostró una alta relación genómica con los casos humanos previamente detectados, identificando la planta fabricante del queso como el foco de la contaminación, explica el informe del Ministerio.
El aislamiento de la bacteria pertenece al “complejo clonal hipervirulento 1”. El episodio resalta la necesidad de reforzar las recomendaciones a productores locales sobre buenas prácticas de manufactura, y la importancia de realizar inspecciones regulares en sitios de producción y distribución para asegurar el cumplimiento de normas sanitarias.
Los síntomas más comunes de esta enfermedad son: pérdida de apetito, falta de energía, dificultad para respirar, vómitos, erupciones; confusión o problemas de equilibrio, fiebre y escalofríos, dolores de cabeza, dolores musculares, náuseas o diarrea, convulsiones, rigidez en el cuello. También hay síntomas más graves como meningitis o septicemia.
Consejos para prevenir la listeriosis
Ante el brote identificado en tres provincias, el Ministerio de Salud publicó una serie de pautas para la población:
-Mantener la higiene al manipular y consumir alimentos: lave las manos con jabón y agua durante al menos 20 segundos.
-Lave minuciosamente los utensilios de cocina y superficies que entren en contacto con alimentos (mesadas, tablas de cortar, cuchillos, etc.).
-Separar los alimentos crudos de los cocidos o listos para consumir, evitando la contaminación cruzada durante su compra, preparación y almacenamiento en refrigeradores o congeladores.
-Mantener el refrigerador limpio, realizando una limpieza periódica, y mantener los alimentos crudos y cocidos separados, preferiblemente en recipientes cerrados.
-Lavar bien frutas y verduras con agua potable antes de consumirlas o usarlas para preparar ensaladas, jugos, batidos y licuados.
-Evitar consumir alimentos listos para comer (fiambres, embutidos, mariscos fríos, ensaladas de frutas y verduras con o sin carne, sándwiches, patés no envasados) encomendados en locales de comida.
-Al elegir alimentos preparados fuera del hogar (restaurantes, rotiserías, eventos y otros locales), optar por aquellos que estén bien cocidos y calientes.
-Preferir productos lácteos que hayan sido pasteurizados.
-Elegir quesos blandos, semiblandos y madurados con hongos pasteurizados y de productores autorizados.
-Refrigerar los alimentos preparados si no se van a consumir inmediatamente.