“Ambos estábamos en lágrimas: yo por el dolor, él por el hambre. Era una situación angustiante”.
“Me decían: ‘eres demasiado delgada, seguro tu leche no alimenta bien’. Esa duda siempre quedó en mi mente”.
Tanto esos como otros testimonios dejan en evidencia los numerosos obstáculos –muchas veces ignorados– de índole física, emocional, social y estructural que pueden amenazar o interrumpir la lactancia materna exclusiva. Este es un proceso vital para el bienestar del recién nacido.
La importancia de la leche materna en la alimentación y el desarrollo óptimo de los infantes hasta los seis meses es incuestionable. Mantener esta práctica de manera exclusiva puede presentar desafíos provocados por diversas razones. Así lo expone un estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), al que Clarín tuvo acceso, y que se presentará en el canal de Youtube de la UCA a las 17 del jueves.
Principales barreras en la práctica de la lactancia materna exclusiva
1) Los malestares físicos al comenzar a amamantar junto con un fuerte impacto en la salud mental pueden desencadenar cuadros de ansiedad, dolor persistente como grietas, mastitis o perlas de leche y, en ocasiones, depresión posparto.
La idea de tener “escasa producción de leche” o que “no alimenta adecuadamente” es común y reduce la confianza de muchas madres, especialmente en aquellos ambientes con menor nivel de educación, donde la presión familiar para introducir leche de fórmula suele ser más intensa. Estos entornos tienden a proponer soluciones prácticas para liberar a la madre de su labor y permitir la implicación de otros en el cuidado del bebé.
2) La carencia de orientación por parte del sistema de salud también puede complicar la situación cuando se ofrece fórmula sin haber informado adecuadamente o cuando no se facilita acceso a información durante el embarazo. El informe indica que en Catamarca es común una atención más paternalista en los hospitales, donde con frecuencia se inicia a los bebés en la lactancia artificial.
3) Aspectos relacionados con el recién nacido. Algunas prácticas, como el parto vaginal y el contacto piel a piel en la hora sagrada, promueven un inicio exitoso de la lactancia. No obstante, si se observa pérdida de peso durante las primeras semanas, se suele recurrir a la fórmula. Asimismo, una cesárea puede retrasar el tiempo de contacto entre la madre y el bebé en la primera hora de vida. “Después de la cesárea, sentí tanto dolor que no podía siquiera moverme para amamantar”, comparte una de las 250 mujeres del estudio.
4) “Regresé al trabajo y no tenía dónde extraerme leche. Gradualmente, se interrumpió”, comparte otra madre del estudio. Otro factor significativo es la falta de políticas laborales que faciliten la lactancia prolongada, como licencias extensivas, trabajo remoto, horarios flexibles y espacios adecuados de extracción y almacenamiento de leche en el lugar de trabajo.
5) Persisten aún prejuicios sobre amamantar en público en algunas zonas, especialmente en ciudades del interior de Argentina como Catamarca. “Sentía que me observaban en todo momento. No podía relajarme ni disfrutar”, “en la plaza, me miraban mal al dar el pecho, me sentía avergonzada”, relatan algunas del estudio.
6) Diferencias educativas. Primerizas con menor formación enfrentan más presiones externas, menor apoyo profesional y acceso limitado a recursos de formación sobre lactancia, generando más dudas en sus capacidades. Sin embargo, aquellas con educación secundaria completa están mejor informadas, aunque el retorno al trabajo y el cansancio las inducen a usar fórmula nocturna.
7) Falta de experiencia. Para las no primerizas, la experiencia pasada ayuda a gestionar algunos retos, pero la presión del sistema de salud, el agotamiento y la responsabilidad de otros hijos a menudo las llevan a usar fórmula complementaria. “Con tres hijos, no tuve tiempo de amamantar bien, acabé con mastitis”, menciona otra de las participantes.
8) Influencia social. “Me presionaron a amamantar, pero nadie me enseñó cómo hacerlo”, es una queja frecuente entre muchas madres. En ambientes donde el cuidado de los niños se desarrolla en el contexto de expectativas idealizadas sobre la lactancia, el apoyo familiar y laboral se vuelve escaso.
“Es imprescindible una estrategia de comunicación más amplia para que todos comprendan la importancia de la lactancia materna exclusiva, tanto para el niño como para la madre. Sus beneficios afectan a toda la sociedad”, explica Tuñón a Clarín.
9) Falta de apoyo familiar. “Mi pareja no colaboraba. Todo recaía sobre mí. Me sentí exhausta”, es una de las tantas afirmaciones que refuerzan este punto en la investigación.
10) Ausencia de políticas públicas y cuidado delegado. “Mi suegra usaba leche de fórmula mientras yo dormía, sin decirme nada. Me sentí desautorizada”, confiesa una de las participantes. “Cuando otros cuidan al niño, la introducción de leche de fórmula alternativa es común”, asegura Tuñón.
Factores que facilitan la lactancia
En contraste con estas barreras, el informe resalta elementos facilitadores esenciales para que la madre mantenga la lactancia materna exclusiva. ¿Cuáles son?
Las madres valoran enormemente los grupos de apoyo y el acompañamiento posparto mediante chats con profesionales sanitarios. Las redes sociales también juegan un papel importante, como TikTok, donde se sigue a pediatras y otras madres que comparten sus experiencias. “Es una práctica extendida que no distingue entre estratos sociales”, menciona Tuñón.
“Participé en varios live en Instagram con pediatras que me ayudaron mucho a entender mi situación”. “El grupo de WhatsApp con la puericultora fue crucial, respondía incluso en la madrugada”. “En TikTok encontraba pediatras explicando todo, eso me hizo sentir menos sola”. Estas son algunas narraciones que resaltan la vital importancia de estos facilitadores al sostener la lactancia.
Para Tuñón, los programas en red aportan positivamente permitiendo a las mujeres construir una red de contactos para compartir dudas, angustias y prácticas beneficiosas para la lactancia. “Participan los profesionales, pero la conexión entre pares también resulta fructífera para conseguir buenas prácticas. Esto ofrece bienestar psicosocial y confianza en la maternidad”, agrega.
El programa gratuito “Preparación Integral para la Maternidad” (PIM) del Hospital Perrando en Resistencia, Chaco, se destacó como una iniciativa exitosa en la investigación, junto a los recursos claves ofrecidos por puericultoras y “enfermeras de enlace” de algunos hospitales y clínicas. Mensajes alentadores como “mi pediatra siempre decía: ‘sí, puedes hacerlo, sigue con la lactancia, es lo mejor que puedes hacer'” inspiran y sostienen a las madres.
En Argentina, promover la lactancia materna es un objetivo constante en salud pública. Esta premisa está alineada con las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El mensaje en todas las situaciones es claro: la lactancia materna exclusiva trasciende la elección personal. Se construye en comunidad, con información, apoyo y políticas públicas activas.
“Los desafíos de la lactancia exclusiva y su continuidad desde la perspectiva de las madres” es el nombre del documento presentado el jueves. El estudio se realizó en 2024 con madres de niños y niñas de entre 3 y 15 meses de varias regiones del país.
La investigación destaca que el mantenimiento de la lactancia materna exclusiva va más allá del deseo de la madre. Requiere de condiciones estructurales, apoyo emocional y políticas públicas que no abandonen a la madre frente a un sistema que a menudo le exige sin darle el respaldo necesario.
MG