Un reciente y detallado informe de la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) ha sido publicado, destacando los efectos del alcohol en la salud cardiovascular. Este análisis, divulgado en la revista Circulation, examina en profundidad las enfermedades cardiovasculares relacionadas con la ingesta de alcohol.
El complejo vínculo entre el alcohol y la salud cardiovascular
El nexo entre el consumo de bebidas alcohólicas y las patologías del corazón es motivo de discusión. Investigaciones desarrolladas por décadas han desembocado en recomendaciones variadas y, a menudo, confusas sobre su impacto en condiciones como la hipertensión, infarto del miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y arritmias.
Consumo moderado y efectos potenciales
Aunque el consumo abusivo de alcohol se reconoce como una causa evitable de enfermedades crónicas, se ha planteado que una ingesta leve o moderada (no más de una o dos copas al día) podría tener efectos protectores sobre el corazón, disminuyendo el riesgo de ciertas enfermedades cardiovasculares.
Las medidas estándar para cada copa son: 355 ml de cerveza, 148 ml de vino y 44 ml de licores blancos como vodka, ron y tequila. Califican generalmente entre 8 y 20 gramos de alcohol, dependiendo del país. En Estados Unidos, la AHA establece un promedio de 14 gramos por bebida.
Impactos del alto consumo de alcohol
Mucha evidencia coincide en que el alto consumo de alcohol es perjudicial para la salud, sea cardiovascular u otra. Esta investigación ratifica tal afirmación, aunque en cuanto a niveles moderados, el consenso histórico no ha sido tan claro, limitando a una o dos copas diarias.
Perspectiva global sobre el alcohol y la salud
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que “no existe un nivel de consumo de alcohol completamente seguro para la salud”. Esta advertencia abarca no solo el corazón, sino también un riesgo incrementado de varios tipos de cáncer, como el de boca y esófago, entre otros.
Las Guías Alimentarias para los Estadounidenses de 2020 a 2025 reflejan la continua ambivalencia de la evidencia disponible y evitan conclusiones rotundas sobre la salud en relación con niveles bajos a moderados de consumo.
Específicos efectos por patología
Investigaciones recientes ponen foco en cómo el alcohol incide directamente en la salud cardiovascular. En el caso de la presión arterial, se describe que el consumo de una a dos bebidas no suele alterarla inmediatamente, pero más de tres bebidas tienen un efecto bifásico: presión disminuida inicialmente, para luego incrementarse después de 12 a 24 horas.
Un estudio revisó 36 trabajos sobre diversos grados de consumo de alcohol, observando que menos de dos bebidas al día no cambian significativamente la tensión arterial, a diferencia de la ausencia de consumo.
Sobre las enfermedades coronarias, consumir de 3 a 6 copas semanales parece no alterar de manera significativa el riesgo, aumentando a partir de 7 copas semanales.
En términos de accidentes cerebrovasculares, un consumo bajo a moderado de hasta dos copas diarias se asocia a una ligera disminución del riesgo, mientras que elevadas ingestas aumentan el riesgo de todo tipo de accidentes cerebrovasculares.
Otras patologías estudiadas muestran que una copa por día puede disminuir el riesgo de muerte súbita y hasta dos copas podrían ser beneficiosas para evitar la insuficiencia cardíaca, aunque ingestas superiores elevan el riesgo.
Teniendo en cuenta las diferencias de género, aunque el informe de la AHA no distingue en detalle por el sexo, generalmente se estima que las mujeres pueden tener niveles más altos de alcohol en la sangre comparadas con los hombres por el mismo consumo.
El artículo explica que las diferencias se basan en la distribución de agua en el cuerpo y la metabolización inicial del alcohol, así como en la progresión de ciertos trastornos inducidos por el alcohol.
La absorción y eliminación del alcohol, que principalmente se metaboliza por el hígado, y se excreta por la respiración, sudor y orina, puede estar influida por varios elementos, como la genética y la composición corporal, afectando su duración dentro del organismo.