Aunque ya era una práctica común, a partir de ahora, los profesionales de la medicina y odontología que se desempeñen exclusivamente en centros de salud pertenecientes a la Nación podrán hacerlo formalmente utilizando solo su matrícula nacional. Esto implica que no será necesario que tramiten y paguen mensualmente la matrícula provincial. Así lo informó el Gobierno el miércoles, anticipando el contenido de un decreto que será firmado por el ministro de Salud, Mario Lugones, y que será publicado en el Boletín Oficial el jueves.
Para el momento de cerrar este artículo, el Ministerio de Salud no había especificado a Clarín cuántas personas se verán afectadas por esta decisión gubernamental. Esta medida se presenta como parte de una política más amplia de la actual administración, orientada a eliminar pagos duplicados y aportar mayor transparencia, incluyendo la digitalización, la gratuidad, y la eliminación de los vencimientos de matrículas. En esta fase inicial, la disposición no incluirá a psicólogos ni otros profesionales de la salud como bioquímicos o farmacéuticos que trabajen en establecimientos nacionales.
Impacto y Alcances de la Medida
Aunque la medida regulariza una situación necesaria, el impacto en números será modesto, dada la tendencia prevaleciente en el sector hacia la multiplicidad de empleos. Por ello, muchos médicos y odontólogos, además de sus roles en hospitales nacionales, suelen trabajar en consultorios propios, centros de salud privados o establecimientos públicos provinciales.
Aquellos que operen exclusivamente en un centro administrado a nivel nacional, incluyendo residentes de Medicina y Odontología, ahora pueden optar por suspender los aportes mensuales a la provincia donde viven. Esto incluye tanto el aporte jubilatorio provincial y a la ANSES, como la cuota que mantenía una matrícula provincial, la cual no es utilizada en la práctica.
Las provincias tienen diferentes sistemas para matricular a sus médicos, y esos fondos se destinan a diferentes organismos, dependiendo de la región. Según datos de la Confederación Médica Argentina, en 13 provincias, estos pagos van a los colegios o “consejos” provinciales. En otras regiones, ese dinero es enviado al Ministerio de Salud provincial.
El Caso Particular de la Ciudad de Buenos Aires
Es importante recordar que la ciudad de Buenos Aires, a pesar de sus reclamos, todavía no ha podido gestionar la matriculación de los profesionales que practican en su jurisdicción. Aquí, solo se requiere la matrícula nacional.
El Registro Federal de Establecimientos de Salud (REFES), bajo el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA), admite la existencia de 334 establecimientos de salud nacionales. Sin embargo, esto es con cautela, ya que, en la mayoría de esos lugares, no se realizan tareas asistenciales. Sin asistencia, no es lógico exigir el pago de matrículas.
De esos establecimientos, 109 se encuentran en la CABA, por lo que tampoco exigen matrícula provincial. De los 225 restantes en la provincia de Buenos Aires, solo 47 son considerados establecimientos de salud, como los hospitales Posadas o El Cruce, que son administrados por la Nación.
El Gobierno presenta esta decisión como un avance hacia una mayor simplificación burocrática, ofreciendo un claro beneficio económico. Un caso hipotético mencionado es el de un médico de 33 años en Buenos Aires que hasta ahora debía pagar la matrícula provincial y derivar $26,500 al colegio local, además de un pago de $190,000 a la Caja de Previsión Médica. Para los odontólogos, el costo es un poco menor, aunque también considerable.
A pesar de reconocer que los residentes en Medicina tenían una escala previsional reducida, con esta norma, un residente podría ver un incremento en su ingreso neto de entre un 7% y un 15%, dependiendo de su edad.
Jorge Iapichino, presidente de la Confederación Médica Argentina, ha expresado ciertas reservas sobre las supuestas ventajas de esta medida. Señaló que solo afectará a un pequeño grupo de profesionales, ya que la mayoría tienen múltiples empleos. Advirtió que dejar de aportar a las cajas provinciales privaría de la posibilidad de una doble jubilación en el futuro. Mientras que los más jóvenes podrían no preocuparse por ello, los profesionales más experimentados podrían tener una perspectiva diferente.