El Senado da luz verde a la Ley Nicolás
“Tras numerosas disputas, finalmente se discutió la Ley Nicolás”. Con entusiasmo, la senadora Edith Terenzi compartió su mensaje con el diputado Fabio Quetglas, quien fue el pionero en promover esta iniciativa legal que estuvo al borde de caducar, pero que finalmente el pasado jueves pasó a ser ley. Este es el primer marco legal en Argentina que aborda la seguridad del paciente, una normativa que sigue siendo simplificadamente denominada por muchos como la “ley de mala praxis médica”.
La demora en el proceso legislativo
Al comenzar el último tramo de 2025 y en medio de una investigación por parte de la Justicia Federal sobre 96 fallecimientos de un total de 127 casos sospechosos relacionados con el uso de fentanilo contaminado, resulta sorprendente el tiempo que se tomó esta ley, que rinde homenaje a las víctimas de la inseguridad en hospitales y a las condiciones de trabajo deficientes causadas por limitaciones presupuestarias y problemas de infraestructura; circunstancias que afectan tanto a los pacientes como al personal sanitario.
Un camino de más de tres años
Pasaron tres años desde que la Ley Nicolás obtuvo respaldo legislativo en julio de 2022. Después de ser aprobada en Diputados, parecía que la propuesta avanzaba, especialmente cuando tres días antes de la transición presidencial en diciembre de 2023, el proyecto entró a la Secretaría del Senado. Sin embargo, permaneció estancado casi dos años, mientras que Clarín resaltaba en agosto de 2024 que la ley no lograba capturar suficiente interés como para ser incluido en la sobrecargada agenda fiscal del Senado. Los tiempos eran limitados: para febrero de 2025, la propuesta corría el riesgo de quedar archivada.
¿Por qué no perdió vigencia? Fabio Quetglas explicó a Clarín acerca de un segundo proyecto relacionado presentado por la diputada Mónica Macha: “El Senado aplicó un enfoque interpretativo distinto, considerando el plazo de dos años desde la presentación del último dossier adjunto al informe. Con el documento de Mónica Macha, consolidado en un texto único, añadieron un año más al periodo de vigencia. Este criterio establecerá un precedente importante”.
De la crisis a una necesaria regulación
En febrero, los promotores de la ley temían que todo el esfuerzo desde 2017, tras la muerte de Nicolás Deanna, un joven al que le diagnosticaron incorrectamente alergia cuando tenía meningitis, se perdiera. En medio del escándalo del criptogate, que reemplazó otros asuntos en la agenda pública, la senadora Terenzi luchaba porque la norma sobre seguridad del paciente fuera considerada en sesiones extraordinarias del Senado.
No obstante, el 17 de febrero, a pocos días de que la medida podría ser finalizada, el ministro de Salud, Mario Lugones, indicó que no apoyaba la ley, a pesar de que sus promotores demostrarán mediante un estudio de la Oficina de Presupuesto del Senado que la propuesta no implicaba “costo fiscal”. Los defensores de la ley, incluyendo a Gabriela Covelli, madre de Nicolás, se reunieron con Lugones para intentar una última ofensiva. Aunque el funcionario estaba de acuerdo en mejorar las condiciones de seguridad para los pacientes, se opuso a la regulación, algo que algunos asocian a su tendencia antirregulatoria y a la falta de deseo de desencadenar una “caza de brujas” entre médicos.
Implementación en el sistema SISA
Covelli comentó que “la normativa sugiere añadir registros al sistema SISA, donde las instituciones puedan documentar eventos adversos que ocurren. Aunque esto conlleve un gasto, sería menor que los gastos derivados de corregir errores frecuentemente o afrontar los litigios por malas prácticas”. “Registrar estos eventos no solo contempla mala praxis, sino también potenciales incidentes, para aprender de ello”, afirmó.
Meses atrás, Quetglas trazó una interesante analogía: “El 95% de los médicos actúa correctamente, al igual que los conductores, pero en vialidad es fundamental tener normas claras, pues ese 5% restante es un peligro para todos”.
Durante una reunión, Lugones comentó que muchas leyes podrían establecerse, pero el verdadero reto es la supervisión. Quetglas le respondió: “Es cierto, pero quien supervisa también necesita un marco normativo claro para hacerlo”.
Avances adicionales en el ámbito sanitario
Junto a ello, el Senado aprobó la inclusión de la Atrofia Muscular Espinal (AME) en las pruebas neonatales, un paso solicitado por familias de pacientes afectados. Ahora, esta medida requiere ser debatida en la Cámara de Diputados.
La AME es una enfermedad genética que afecta los músculos, y detectarla a tiempo es esencial para aplicar tratamiento. Sin intervención, en los casos más graves, la enfermedad puede ser fatal.