El Arte como Refugio y Pasión
Para Natalia Aguilar, encontrar tiempo para su arte es un verdadero desafío en medio de su ocupada vida diaria. “Tengo recordatorios para todo, incluso para comer, porque si no, todo se descontrola”. Sin embargo, esto no la detiene y habla con alegría sobre su pasión. Natalia, de 39 años y originaria de Buenos Aires, se trasladó a la hermosa isla de Mallorca en marzo de 2023 para sumergirse de lleno en la pintura.
Un Cambio de Rumbo
Natalia, quien trabajó durante 20 años en un puesto bien remunerado en el área de Migraciones, decidió dar un giro drástico a su vida. “Llegó un punto donde la decepción y la frustración me hicieron replantear todo”, explica. Ahora, se encuentra en un proceso de descubrimiento personal en el que considera que cada esfuerzo tiene su recompensa más rápidamente que en Argentina.
El Legado de Lumen
Su amor por los perros es evidente desde el primer momento que se conversa con ella. “Lumen”, su querida compañera durante más de una década, aparece repetidamente en sus relatos. “Después de haber recorrido Buenos Aires y Río Gallegos, vivió sus últimos días en Mallorca, donde falleció en noviembre de 2023. Tras su partida, me sentí totalmente desmotivada”, relata Natalia desde su hogar con vistas al Mediterráneo.
El dolor por la pérdida de Lumen fue tan profundo que parecía insuperable hasta que un inesperado mensaje de una conocida ocasional cambió su rumbo. Esta persona, con la que compartió una noche en un hostel en Ámsterdam, le pidió un retrato de sus siete gatos. Este fue el primer encargo tras una antigua publicación en Facebook donde Natalia había ofrecido pintar mascotas cuando Lumen aún vivía.
Aquella petición estuvo “en suspenso” debido a su estado anímico, pero nunca la borró. “Por aquel entonces, trabajaba en American Express y pintaba más como un pasatiempo. Sin embargo, siempre prioricé el arte; Europa era el lugar donde podía perseguir mis sueños, algo que en Argentina hubiera sido más complicado”, explica Natalia, quien estudió con el artista Néstor Sarmiento.
Tras el duelo por Lumen, finalmente encontró la motivación para iniciar los retratos encargados. “Ese momento marcó un nuevo comienzo para mí, tanto en lo personal como en lo profesional. Pronto renuncié a mi trabajo y me dediqué completamente al arte, a pintar mascotas. Convertí mi duelo en una celebración artística, manteniendo viva la memoria de Lumen”, comparte emocionada.
Actualmente, Natalia reside en Palma Nova, una localidad que evoca recuerdos de su Parque Patricios natal. Da clases en Palma y trabaja con Pascual De Cabo, un destacado artista local. “Gracias a su tutelaje, he evolucionado mucho en mi estilo. He inaugurado mi propio taller, ofreciendo workshops y encargándome de numerosas solicitudes de retratos de mascotas”, dice con orgullo.
“Mis días son intensos y satisfactorios. Mis obras han llegado incluso a lugares tan lejanos como Dubái. He adquirido un enfoque más impresionista, dejando atrás el estilo neorrealista que me llevaba más tiempo”, describe Natalia, quien cobra entre 400 y 500 dólares por retrato.
Lleva consigo el espíritu del barrio, siendo de Parque Patricios. Aunque la distancia la separa de su querido Huracán, sus recuerdos de la vida como agente de Migraciones en múltiples ciudades europeas la llevaron a buscar un lugar a orillas del mar que la revitalizara. En su última etapa en Migraciones, a cargo de Santa Cruz y Tierra del Fuego, supervisó puertos y fronteras, una tarea ardua pero que realizaba con gusto.
El cambio de gobierno en Argentina alteró sus planes futuros. “Me dijeron que debía regresar a Buenos Aires para dejar espacio a ‘nueva gente’. Fue un momento doloroso, aunque no del todo inesperado. Ya de vuelta en la capital, me di cuenta de que necesitaba cambiar de rumbo y comenzar un nuevo capítulo en mi vida”.
Su deseo de dedicar su vida al arte la llevó a emigrar. “España era el lugar donde podía construir un nuevo futuro. A pesar de los desafíos, cada venta de mis obras, la apertura de mi taller y los reconocimientos han sido un gran impulso. Estoy convencida de que he encontrado mi camino”.
A pesar de los logros, Natalia reconoce que extraña su Buenos Aires natal. Sin embargo, está enfocada en expandir su marca personal y espera poder ayudar a otros a descubrir sus propios talentos artísticos en el futuro. “Tengo metas claras por delante y estoy emocionada por lo que viene”, concluye con optimismo.