En estos momentos se debate intensamente sobre el fentanilo contaminado, pero aún quedan muchas preguntas sin responder respecto a los inicios de esta tragedia. Tanto el instante crítico en el que las bacterias resistentes a antibióticos se introdujeron en la droga, como el recorrido de las ampollas adulteradas desde una lejana instalación en la localidad de Ramallo, Buenos Aires, hasta los hospitales donde más de cien pacientes (de los cuales 96 fallecieron) fueron afectados en seis provincias diferentes.
La investigación de Clarín desentrañó este circuito tras acceder a un documento vital: el extenso requerimiento de detención e imputaciones (basado en más de 150 páginas) que la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Nº1 de La Plata presentó ante Ernesto Kreplak, encargado del Juzgado Federal Nº3 de esa ciudad. Este equipo, junto con la fiscalía, ha estado al frente de la investigación de las muertes desde mayo.
El informe, firmado por María Laura Roteta y Diego Iglesias, destaca que el número de fallecimientos no está todavía cerrado, dado que existe la posibilidad de que la contaminación bacteriana haya alcanzado otros lotes que aún no han sido revisados del fentanilo fabricado por Laboratorios Ramallo y distribuido por HLB. Estas dos firmas, junto con la droguería Alfarma, operaron casi como una entidad unificada.
A partir de mayo, la cobertura mediática enfocó en localizar a las familias de algunas víctimas e identificar la cadena de responsabilidades potenciales. Se han centrado principalmente en dos grupos: los dueños de las empresas implicadas y las agencias que debieron regular y, de ser necesario, clausurar estas compañías por incumplimientos de las Buenas Prácticas de Fabricación (BPF).
Ariel García Furfaro, propietario de las compañías involucradas, fue el principal detenido. Por otro lado, se apunta a las entidades reguladoras, en especial la ANMAT, un ente bajo el Ministerio de Salud, que intentó constituirse como querellante en la causa pero enfrentó un revés judicial debido a supuestas complicidades internas.
La gran pregunta es, ¿qué ha descubierto la justicia sobre cómo se originó este problema? ¿Cómo se contaminó el fentanilo de los lotes que provocaron tantas muertes y cuál fue su distribución?
Contaminación en el proceso de producción
Los fiscales destacan la clara presencia de bacterias en el fentanilo, señalando que la contaminación se produjo en el proceso de fabricación en las instalaciones de Laboratorios Ramallo S.A., en Buenos Aires. El informe denuncia “severas deficiencias” que facilitaron la contaminación del producto y su liberación al mercado.
El primer informe del Cuerpo Médico Forense señala que las bacterias causaron infecciones en pacientes debilitados, lo que resultó en un riesgo adicional que exacerbó sus condiciones, conduciendo a la muerte de al menos doce individuos.
Los fiscales advierten que más víctimas podrían estar involucradas, a medida que la determinación sigue en proceso. Aseguran la responsabilidad de los imputados, quienes están acusados por la desviación en la calidad del medicamento según el estándar necesario en esta fase de la investigación.
Examen de los lotes contaminados
El análisis se centra en los lotes contaminados con Klebsiella pneumonia y Ralstonia piketii probado por el Instituto Malbrán. El lote 31.202 afectó a muchos pacientes, mientras que el 31.244, aunque contaminado, apenas fue distribuido antes de ser retirado.
El informe también destaca la capacidad de estas bacterias para reproducirse en ambientes húmedos y su presencia común en sistemas de purificación de agua, lo que indica un serio fallo en los procesos de producción y regulación en la planta de fabricación.
Mala gestión y prácticas reprobables
Las detenciones se justifican por los informes de la ANMAT y ANLIS-Malbrán, que documentan el proceso de producción del fármaco contaminado en varias etapas críticas sin control adecuado, confirmando que no se siguió el protocolo local.
Detectaron una falta grave en los procesos de fabricación aséptica y la supervisión insuficiente de los lotes, que se liberaron antes de concluir las pruebas necesarias. Estos errores reflejan una “irregularidad evidente” según ANMAT.
Distribución y consecuencias del fentanilo contaminado
Las 154.530 ampollas del lote 31.202, fabricadas y envasadas el 18 de diciembre, se distribuyeron el 4 de enero a cuatro droguerías. Alfarma S.R.L., propiedad de García Furfaro, adquirió 15.000 ampollas, que llegaron a hospitales de diferentes provincias.
Otras droguerías como Nueva Era S.R.L. y GLAMAMED también compraron grandes cantidades de ampollas contaminadas, abasteciendo a múltiples centros de salud en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Cerca de dos tercios del lote se recuperaron, mientras el resto fue administrado a pacientes en estado crítico.
Este caso refleja fallos profundos en las medidas de control de calidad y la necesidad urgente de regular las prácticas de fabricación para prevenir futuras tragedias.
