Tragedia tras una cirugía en Entre Ríos
Facundo, un niño de solo tres años, fue llevado por sus padres a una clínica en Bovril, Entre Ríos, para una cirugía sencilla. El Dr. Guillermo Gabriel Riolo, de 57 años, solicitó 200 dólares por el procedimiento y los citó al día siguiente en una clínica diferente debido a problemas de horarios. Sin embargo, Facundo sufrió una hemorragia severa durante la operación y falleció. Riolo fue acusado de “homicidio culposo” y perdió su licencia médica en Entre Ríos.
El impacto del caso en el sistema judicial
La familia de Facundo sigue buscando justicia. Aunque el culpable sigue practicando medicina en Chubut y Santa Cruz, se espera que el caso llegue pronto a juicio. Esta operación, que se suponía ayudaría a Facundo a respirar y hablar mejor al removerle amígdalas y adenoides, terminó en una tragedia inimaginable el 19 de septiembre en una clínica de Bovril.
El doctor Riolo ante la justicia
El doctor Riolo, que anteriormente estaba al frente de otorrinolaringología en el Hospital San Martín de Paraná, ya había sido cesado debido a numerosas faltas injustificadas. Después del incidente, su matrícula fue suspendida en Entre Ríos, pero todavía ejerce su profesión en Santa Cruz, donde las autoridades locales controlan el caso. Aunque no tiene ninguna condena firme, las denuncias por mala praxis persisten y continúan evaluándose las implicaciones de su caso.
Un desenlace desgarrador para Facundo
Durante el procedimiento, ocurrió una hemorragia que no pudo controlarse por la falta de equipamiento adecuado, lo que forzó un traslado urgente a Paraná. Fue allí donde los médicos diagnosticaron un shock hipovolémico y, tras varios intentos de salvación, Facundo fue declarado con muerte cerebral. Una semana después, el pequeño falleció debido a una falla multiorgánica, confirmando el peor de los desenlaces.
Con la esperanza de una resolución judicial próxima, la familia de Facundo sigue luchando por justicia mientras Riolo enfrenta múltiples acusaciones, incluyendo una de 2019 donde un niño de 13 años fue operado y se le dejó una gasa en la garganta. A pesar de estas denuncias, la ley presume su inocencia hasta que el sistema judicial establezca lo contrario.