Acusan a guardería por llevar a niño recién operado al natatorio sin autorización

Descubrimiento sorprendente durante la recogida escolar

En un Miércoles Santo, cuando los alumnos del Jardín Modelo Mariano Acosta salían de clase, un abuelo esperaba a su nieto de cuatro años afuera. Fue entonces cuando el niño, balbuceando, le sorprendió con una declaración inesperada: había estado en una piscina.

Reacciones ante el desconcierto

El abuelo, perplejo por lo que había oído, se acercó a una profesora y le inquirió: “Él no está permitido para esto”. No recibió más que silencio y una puerta cerrada. Una vez en casa, el pequeño repitió su historia a sus padres. La preocupación creció, ya que esta actividad contradecía las estrictas recomendaciones médicas posteriores a una cirugía auditiva que el niño había afrontado debido a su histórica hipoacusia.

Contexto médico y antecedentes

El niño había sido diagnosticado con hipoacusia desde el año y dos meses de vida, lo que había causado retrasos en su desarrollo neurológico. Por ello, hasta la mencionada operación, había requerido atención terapéutica constante y contaba con el Certificado Único de Discapacidad (CUD). Solamente hacia finales del año pasado, comenzó a desarrollar el habla.

Inconsistencias y falta de respuestas

La familia registró al niño en la institución conocida en Don Bosco, Quilmes, confiando en su renombre. Diego Álvarez, el padre del niño, aseguró a Clarín que nunca firmaron un permiso para que su hijo fuese sacado del establecimiento. Señaló además que el jardín estaba al tanto del estado del pequeño: “La directora, la secretaria, la profesora y la preceptora sabían que no debía sumergir su cabeza en el agua”.

Frente a este panorama, Diego mencionó que tanto él como la madre del niño habían notado falta de interés en la correcta adaptación del pequeño por parte de la escuela. Solicitación que un acompañante terapéutico le fuera asignado había sido denegada semanas antes del incidente.

Sucedió el 16 de abril, un miércoles, cuando todo se alteró, resultando en la denuncia contra la entidad. Durante una actividad escolar, el niño fue llevado al Club Juventud de Bernal y allí introducido en una piscina. Todo lo supieron primero los abuelos y luego los padres cuando vieron las grabaciones del club, que evidenciaron que el pequeño había sido subido sin permiso a un autobús y vestido con ropas ajenas.

Testimonios y grabaciones obtenidas

Las grabaciones a las que accedió Clarín mostraron al pequeño en la piscina junto a sus compañeros. Mientras las docentes permanecían distraídas, el niño salía del agua, visiblemente incómodo, se le ajustaban unas antiparras antes de volver a meterle en el agua. La escena fue compartida luego con los padres.

Los padres, al buscar respuestas en la institución la semana siguiente, se encontraron con una resistencia. Según el padre, la directora alegó que “el niño convenció a la maestra para irse, tomando una mochila y subiendo al autobús.” Ofrecieron becarlo, pero los padres rechazaron, solicitando la suspensión de los responsables y claridad sobre lo ocurrido.

Consecuencias y acciones legales

La madre denunció el incidente en la Jefatura Regional 4 de la Dirección Provincial de Educación de Gestión Privada (Dipregep) y en la Unidad Fiscal N° 4 de Quilmes. Según las fuentes judiciales, la madre ya ha testificado y se espera que testigos propuestos sean citados.

Reuniones y desarrollo del caso

La escuela había programado una reunión institucional en la que se desvirtuaron los hechos, según los padres, quienes afirmaron no haber sido invitados. Alegan que en esa reunión se desacreditó su versión, sugiriendo que fueron expulsados de la comunidad de padres y atacados por WhatsApp.

En la actualidad, el niño se encuentra por consejo médico fuera de la escuela debido a una otitis purulenta y un cambio en comportamientos, aunque mantiene su estatus de alumno. La escuela se pronunció indicando que se siguen protocolos y que la situación se está tratando con las autoridades pertinentes.

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Inspecciones y conflictos internos

La familia expresó su insatisfacción con las supervisiones de la Dipregep, ya que encontraron discordancias en las posiciones de las inspectoras. En diferentes reuniones, notaron que algunos inspectores defendieron a la escuela mientras otros opinaban lo contrario. Al final, solicitaron en un documento formal el reemplazo de una inspectora específica.

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Justicia y reivindicación

Ante toda esta situación, la familia busca hacer visible el incidente con el fin de exigir justicia, afirmando que la administración del jardín no debería manejar estos casos a su discreción. El proceder inadecuado, sobre todo en un contexto donde los niños no pueden expresarse completamente, ha causado daño a la familia, que sigue buscando respuestas.

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