Recientemente, una amiga me contactó preocupada por su Jazmín del Cabo (Gardenia augusta), ya que notó el amarillamiento de sus hojas. Me pidió consejo mientras se dirigía a un vivero para comprar hierro:
—Vero, ¿crees que debería comprar hierro y aplicarlo? —me preguntó.
—Claro, siempre es útil tener diferentes fertilizantes a mano, pero primero envíame una foto de la planta —le respondí.
Recordé que adquirió la planta en diciembre y la había trasplantado a una maceta más espaciosa usando un sustrato ácido, como es adecuado para un jazmín. Hasta apenas veinte días antes, la planta estaba perfecta, por lo que el cambio fue repentino y notable.
Al recibir la imagen, la situación era clara: las hojas de la planta estaban amarillas.
Es habitual que los jazmines presenten hojas amarillas debido a la falta de hierro, lo cual sugiere que este mineral podría no estar presente en el suelo o sustrato (en el caso de cultivo en macetas).
No obstante, la mayoría de las ocasiones, el problema yace en que el suelo o sustrato carece de la acidez necesaria para que se produzca la reacción química que permite su absorción. Es decir, el hierro está presente, pero la planta no puede asimilarlo.
Algunos signos no correspondían a la falta de hierro, como que las hojas amarillaban de manera uniforme en vez de mostrar nervaduras verdes.
Aparte, las hojas nuevas no presentaban síntomas. Un dato clave es que el hierro es de los primeros nutrientes que delata un pH no ácido.
La razón para destacar las hojas nuevas es que la deficiencia de nutrientes no afecta a la planta de forma pareja. Sin embargo, existen pistas que nos revelan qué nutriente puede faltar.
Para comprender mejor, dividimos los nutrientes en “móviles” e “inmóviles”. Los móviles, como el nitrógeno, fósforo y potasio, son fácilmente trasladables dentro de la planta.
Así, cuando escasean, las hojas más viejas son las primeras en mostrar síntomas, dado que estos nutrientes se redistribuyen desde hojas envejecidas a las jóvenes para favorecer el crecimiento.
Por otro lado, los nutrientes inmóviles, como el hierro, no se redistribuyen fácilmente y su deficiencia afecta primero las hojas jóvenes.
Si las hojas nuevas estaban saludables, el hierro no era el problema (ni la falta de otro nutriente). ¿Qué causaba entonces el amarillamiento?
Efectos del estrés hídrico en el jazmín
El verdadero problema no era una carencia de hierro, sino de agua. La planta sufría de estrés hídrico.
El Jazmín del Cabo es bastante sensible a los cambios en la humedad del sustrato. Si atraviesa períodos de sequía, aunque luego reciba agua, puede manifestar estrés, notándose en el amarillamiento generalizado de sus hojas. Este color amarillento podría provocar la caída de las hojas si es muy intenso.
Esta experiencia nos enseña que, ante problemas en plantas, antes de aplicar productos, observemos y analicemos los síntomas detenidamente. A menudo, la solución está en ajustar el cuidado diario, no en añadir insumos. Afortunadamente, mi amiga se sintió aliviada al saber que simplemente requería un poco más de agua.
Variedades de jazmines para disfrutar
A continuación, te presento tres tipos de jazmines muy fragantes, fáciles de conseguir en viveros, que pueden cultivarse en macetas o directamente en el suelo.
Jazmín estrellita
La Gardenia augusta ‘Radicans’ se llama comúnmente jazmín estrellita debido a los pétalos de sus flores, estrechos y con apariencia estrellada. Comparte el perfume con el Jazmín del Cabo y alcanza una altura de aproximadamente 50 cm, lo que lo convierte en una excelente opción para cubrir suelos gracias a su porte rastrero.
Jazmín kimura
El jazmín kimura (Gardenia augusta Kimura) es de tamaño intermedio entre el jazmín estrellita y el Jazmín del Cabo. Sus flores son similares a las de este último, aunque más pequeñas y menos fragantes.
Entre los tres, es el que presenta una floración más prolongada. Por ejemplo, en el AMBA florece en marzo-abril y también en noviembre-diciembre, al igual que el estrellita y el del Cabo.
Jazmín del Cabo
Su nombre científico es Gardenia augusta o Gardenia jasminoides. Se distingue por su tamaño más grande y flores más majestuosas. Es el clásico jazmín o gardenia. Además, requiere sustrato o suelo con pH ácido.
La acidez del pH se indica en el paquete del sustrato: para el jazmín, el rango debe ser de 5 a 5.5. No tendremos problemas si sabemos identificar y corregir esta deficiencia.
Consejos para cultivar jazmines saludables
Para asegurar un crecimiento vigoroso de los jazmines, lo ideal es optar por plantas multiplicadas por injerto en lugar de por gajo. Esta técnica proporciona mayor resistencia a plagas y al estrés hídrico.
Al trasplantar al suelo o cambiar de maceta, es crucial no enterrar el injerto, fácilmente reconocible por su apariencia de unión entre dos troncos. Además, el Jazmín del Cabo puede colocarse a pleno sol o en sombra parcial.