Dos educadores argentinos fueron seleccionados como finalistas en un renombrado certamen global que valora el trabajo docente. Son Karina Sarro y Lucas Vogel quienes han sido elegidos entre los 50 principales candidatos del GEMS Education Global Teacher Prize, una propuesta de la Fundación Varkey realizada en cooperación con la UNESCO. Fueron escogidos de entre más de 5,000 aspirantes provenientes de 89 naciones de todo el planeta.
El triunfador recibe un premio de un millón de dólares. Este galardón fue instituido para homenajear a un docente sobresaliente que haya aportado de manera excepcional a la práctica docente, además de exaltar el crucial papel que los maestros cumplen en la sociedad. Entre los nominados se encuentran estos dos argentinos.
Contribuciones Destacadas de Lucas Vogel
Con 44 años, Lucas Vogel enseña en Misiones y aporta a las comunidades de Oberá y Campo Grande hace 17 años. Defiende una enseñanza inclusiva y adaptable, especialmente en áreas vulnerables. Inició estudiando ingeniería, pero para ganar dinero empezó a dar tutorías de matemáticas. Hizo suplencias en colegios, luego operó un quiosco y trabajó en reparación de aires acondicionados en buses, instalaciones eléctricas, entre otras tareas. En 2010, fue llamado nuevamente por una escuela y decidió regresar, esta vez para estudiar el profesorado. Diez años después, completó una licenciatura.
Hoy en día, Lucas da clases de Matemática y Análisis Matemático en nivel secundario y terciario en el Instituto Superior Belén. Emplea técnicas innovadoras para que los estudiantes encuentren las matemáticas relevantes en su vida diaria. Ha creado un podcast titulado El Helado, que presenta los conceptos matemáticos de una manera accesible y creativa. También ha estado implicado en ferias científicas interdisciplinarias, enlazando las matemáticas con la neurociencia y fomentando el pensamiento crítico en su alumnado.
Lucas, un docente orientado a la creatividad y la lectura.
Hace dos años, Lucas conoció el Centro de Día Oberá, que atiende a personas mayores de 14 años con discapacidad. Percibió la necesidad de un espacio educativo, por lo que estableció el “Espacio STEAM”, combinando matemáticas con tecnología, ingeniería y arte para enfrentar desafíos complejos.
En este espacio desarrollaron proyectos como modelos para purificar agua, una pierna ortopédica con materiales reciclados, y actividades ambientales como plogging (recolectar basura mientras se corre). Su enfoque en la enseñanza destaca la accesibilidad, usando materiales de fácil lectura, reflexión guiada y proyectos para promover el compromiso y la autoestima.
Además, Lucas promueve la participación de mujeres y niñas en áreas STEAM, junto a la educación de calidad y la conciencia sobre el cambio climático, en alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.
Lucas se concibe como un eterno aprendiz, apasionado por la lectura y su capacidad transformadora, por lo que fomenta la lectura y busca replicar las ideas del Espacio STEAM en otros contextos.
Innovaciones Educativas de Karina Sarro
Karina Sarro, la otra argentina finalista, decidió estudiar comunicación, pero en el camino descubrió las tecnologías, que se convirtieron en parte esencial de su metodología docente. Hoy, enseña integrando la tecnología como una herramienta para resolver problemas reales. Actualmente, está cursando su doctorado y escribiendo su cuarto libro sobre tecnologías inmersivas. Reparte su tiempo en cuatro escuelas, de las cuales tres sufren de un acceso limitado a la tecnología.
Dos de esas instituciones son secundarias para adultos (CENS 451 y 454). En la ESPUNM -Escuela Secundaria Politécnica de la Universidad Nacional de Moreno-, dirige varios proyectos educativos. Un ejemplo es “Educiudad 4.0”, donde estudiantes desarrollaron un sistema para monitorizar el uso de energía y la calidad del aire en una ciudad sustentable. Involucró a 72 alumnos de diferentes grados y combinó 6 asignaturas. Además, crearon una eco-aspiradora para limpiar aulas con botellas plásticas recicladas y motores eléctricos. El curso pasó de un 20% a más de 85% de participación estudiantil gracias a estos proyectos.
Karina guía a sus alumnos en el uso de la tecnología y sus aplicaciones.
La cuarta escuela es la Escuela de Educación Secundaria N°5 “Francisco Álvarez.” Durante el verano, debido al calor, las clases se realizan al aire libre. Pese a las limitaciones de recursos, Karina emplea simuladores gratuitos, materiales reciclados y actividades offline para asegurar que todos los estudiantes participen. Parte de sus logros se deben a un proyecto provincial que acercó la robótica a colegios rurales durante dos años.
También fundó la consultora educativa E-Pekes, dedicada a transformar la educación mediante recursos gratuitos y capacitación innovadora para educadores. Su meta es empoderar a los docentes, mejorando sus capacidades pedagógicas y así impactar positivamente en la vida de los estudiantes.
Gracias a sus esfuerzos, los estudiantes han participado en competiciones internacionales como el Congreso Internacional de Robótica Educativa (CIRE), donde desarrollaron videojuegos educativos para fomentar la conciencia ambiental; el Desafío Bebras Argentina, y han sido reconocidos por su labor en inteligencia artificial a través del programa HumanIA.
