Tras el desafortunado incidente en el que una maqueta de volcán explotó durante una feria científica, provocando heridas graves a dos personas, las instituciones educativas involucradas, ubicadas en el partido de Pergamino, reanudaron sus actividades escolares. Estas incluyen la escuela donde se produjo el accidente y la primaria de la niña afectada.
Retorno a clases en medio de sentimientos encontrados
El retorno a las actividades se realizó con una mezcla inevitable de temor, alivio y confusión. El accidente resultó en 17 heridos, destacándose una niña de 10 años en estado crítico en el Hospital Garrahan y una mujer de 45 años que perdió un ojo.
El clima de retorno a clases fue de silencio y apoyo. Según fuentes de Clarín, este lunes la escuela abrió de nuevo para ofrecer respaldo a las comunidades educativas, poniendo a disposición un equipo de psicólogos y psicopedagogos para asistir a estudiantes, profesores y familias.
Avance de las investigaciones sobre el accidente
El fiscal del Ministerio Público, Fernando Pertierra, comentó que la investigación aún se encuentra en sus fases iniciales y que no se han determinado responsabilidades definitivas. Pertierra enfatizó la importancia de reunir todas las pruebas necesarias antes de designar culpables, subrayando la cautela y la objetividad.
El equipo de fiscalía está revisando varias hipótesis sobre el incidente. Pertierra indicó que cuando la información sea concreta, se formalizará una acusación oficial. Mientras tanto, el caso sigue en la etapa de recopilación y análisis de evidencias.
Catalina: la niña de 10 años con heridas graves
Catalina, una estudiante de 10 años, fue la más afectada durante la explosión, ya que estaba sentada en la primera fila en ese momento. Sufrió quemaduras en el rostro y una lesión penetrante en la cabeza causada por un fragmento metálico. Fue ingresada urgentemente en el Hospital Garrahan, donde se encuentra en cuidados intensivos.
El informe médico reciente menciona que la niña tuvo que someterse a una nueva cirugía interdisciplinaria. Su condición sigue siendo crítica pero estable, con un pronóstico reservado. Afortunadamente, ha requerido menos soporte vital avanzado últimamente, lo cual es un progreso.
La comunidad de Pergamino y Rancagua ha manifestado un gran apoyo mediante cadenas de oración, donaciones de sangre y muestras de ánimo en redes sociales bajo el lema #FuerzaCata. En Rancagua, vecinos encendieron velas en la plaza principal el sábado por la noche.
Otra víctima, una docente de 45 años, sufrió lesiones severas; aunque estuvo en riesgo de perder un ojo, fue intervenida quirúrgicamente en la cara y mano, y ha sido dada de alta tras varios días hospitalizada, conservando su visión.
La exhibición científica que se tornó peligrosa
La tradición de 17 años de la feria de ciencias del Instituto Comercial Rancagua, donde estudiantes presentan sus proyectos investigativos a compañeros y padres, se convirtió en un incidente de alto riesgo este año.
En la demostración final, un grupo presentó una maqueta de volcán que debía simular una erupción. Testigos aseguran que el modelo estaba construido con poliestireno expandido y barro seco e incluía tubos de metal con una combinación de azufre, carbón y una “sal especial” que expertos han identificado como nitrato de potasio.
Esta combinación actuó como un explosivo improvisado. Al encenderlo, produjo una llama intensa seguida de una violenta explosión que destruyó la estructura. Los tubos metálicos generaron una alta presión interna, convirtiendo la reacción química en una explosión que lanzó fragmentos hacia el público.
El uso de telgopor y barro avivó las llamas, llenando rápidamente el entorno de humo y caos, mientras padres y maestros ayudaban a los afectados y las ambulancias llegaban. Muchas de las lesiones graves fueron causadas por esquirlas y restos incandescentes que impactaron en la primera fila.
Proceso judicial en curso
El caso es supervisado por Pertierra, fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N° 1 de Pergamino. Se están efectuando peritajes químicos y entrevistas con la directora del colegio, el profesor responsable de Química y la representante legal de la institución.
El propósito es identificar si hubo negligencia o falta de supervisión en la implementación del experimento y si se respetaron los protocolos de seguridad exigidos.
No se ha acusado a nadie hasta el momento, pero la investigación sigue abierta. Se revisan grabaciones del evento y se evalúan los materiales recolectados para entender en detalle la reacción que causó la explosión.
El fiscal Pertierra indicó que los resultados de las pericias serán fundamentales para determinar errores en la supervisión o manipulación de los materiales.
La comunidad de Rancagua sigue en el proceso de recuperación. Los pasillos del Instituto Comercial Rancagua aún exhiben carteles con mensajes de esperanza: “Fuerza Cata”, “Nos volvemos a levantar”, “La ciencia enseña, no destruye”.
MG