Se abre la primera granja acuícola en la Patagonia: su potencial impacto en la economía

En la provincia de Santa Cruz, específicamente en la bahía de Puerto San Julián, se ha puesto en marcha la primer granja acuícola de la región patagónica argentina. Este esfuerzo pionero, que integra ciencia, conservación y participación comunitaria, se centra en el cultivo de macroalgas. La iniciativa, liderada por la Fundación Por el Mar con el apoyo del gobierno local, pretende establecer un nuevo enfoque en la utilización de los recursos marinos del país.

La propuesta es verdaderamente novedosa: el objetivo es cultivar alga kelp (Macrocystis pyrifera), una especie esencial en los ecosistemas submarinos de la Patagonia, con el fin de preservar la biodiversidad marina, capturar emisiones de carbono y revitalizar la pesca artesanal, afectada por el crecimiento de la industria del petróleo y la minería.

“Este proyecto es una demostración de que el mar puede ser fuente de sustento y empleo, con el adecuado manejo responsable”, comentó Martina Sasso, fundadora y directora ejecutiva de la Fundación Por el Mar. La líder medioambiental enfatizó que el proyecto no solo genera puestos de trabajo, sino que también preserva los bosques autóctonos al evitar su tala, ofreciendo así una forma sostenible de convivir y producir a partir de estos ecosistemas. Puede establecer una nueva estructura productiva que impulse la economía.

Implementando un Modelo Innovador

El sistema de cultivo empleado comprende líneas submarinas ancladas a alrededor de nueve metros de profundidad, que sostienen cuerdas y boyas donde se fijan las algas. Actualmente, se cultivan 175 metros, con un crecimiento diario de hasta dos centímetros, bajo la supervisión de investigadores y pescadores. Las esporas se adhieren a cabos dentro del laboratorio antes de ser trasplantadas al océano, utilizando un procedimiento similar al de las granjas de mejillones. El kelp es una de las especies de organismos de rápido crecimiento a nivel mundial, capaz de crecer hasta 30 centímetros en un solo día.

Busca conservar los bosques marinos y recuperar la pesca artesanal.

Los tiempos de implementación han sido notables. “En solo catorce meses logramos establecer el laboratorio y trasladar las actividades al mar con producción efectiva”, señalaron los líderes de la iniciativa. Ahora calculan que la fase de poscosecha culminará en aproximadamente un año. Las algas se diversificarán en múltiples aplicaciones: como fertilizantes para cultivos agrícolas, alimento para el ganado y en sectores cosméticos y alimenticios.

El proyecto también tiene como meta revitalizar la tradición pesquera local. “Mi deseo es que las familias puedan prosperar con una granja marina. Que en San Julián la cultura pesquera y la vida marina tengan un futuro prometedor”, expresó Jonathan Behm, un pescador de cuarta generación a cargo de la granja.

La iniciativa pretende contrarrestar el declive de la pesca artesanal en el área. “Todo el sector atraviesa dificultades, y este proyecto intenta recuperar esos oficios a través del cultivo de algas”, subrayaron. La primera cosecha está planificada entre diciembre y marzo del próximo año, abriendo la esperanza de “desarrollar una nueva economía regional”.

Perspectivas Internacionales

El cultivo de algas ya es una práctica conocida mundialmente: países como Estados Unidos y varias naciones asiáticas llevan años desarrollando esta actividad, que se ha consolidado como una alternativa sostenible en la producción. Sin embargo, Argentina aún no tenía experiencia significativa en este campo, a pesar de contar con el 30% de las macroalgas del mundo.

Las plantas se inician en el laboratorio antes de trasladarlas al mar.

El proyecto tiene grandes expectativas. Según estimaciones de Por el Mar, un piloto exitoso podría llevar a su réplica en otras regiones del país, fomentando empleo y impulsando a Argentina en un mercado global en crecimiento. En los últimos años, el alga kelp ha ganado importancia por su capacidad de crecimiento rápido, su rol en la captura de carbono y su utilidad en diversas industrias.

De acuerdo con datos de WiseGuy Reports, se espera que el mercado de productos derivados del kelp alcance un valor de 8.850 millones de dólares en 2024, con un aumento anual aproximado del 9%. Las proyecciones indican que podría llegar a 9.700 millones en 2028 y alcanzar 17.400 millones en 2032.

Una Apertura con Repercusiones

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La inauguración de la granja reunió a representantes provinciales, académicos, pescadores y habitantes de San Julián. Fue un evento tanto de celebración como de compromiso hacia un modelo de crecimiento que une el progreso con la conservación. “Esto puede ser el germen de una nueva estructura productiva”, concluyeron los promotores.

Más allá de su simbolismo, el proyecto representa un cambio en la forma de abordar la economía: ofrecer empleo, cuidar el mar patagónico y abrir el camino para que Argentina se proyecte hacia un mañana donde el océano sea un motor de vida y sostenibilidad laboral.

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