Un colosal iceberg, que se desprendió de la Antártida hace casi cuarenta años y que en su momento fue el mayor sobre la Tierra, se encuentra en medio de un acelerado derretimiento a medida que flota en aguas que han aumentado su temperatura, según han alertado investigadores.
Dimensiones Masivas en Declive
Al inicio del año, esta inmensa masa de hielo conocida como A23a tenía un peso cercano a un billón de toneladas y ocupaba una superficie de casi 4.000 km², aproximadamente veinte veces el tamaño de la Ciudad de Buenos Aires.
Sin embargo, a medida que se desplaza hacia el norte, hacia las zonas más cálidas del océano Austral, grandes fragmentos comienzan a desprenderse de su cuerpo principal.
Actualmente, su extensión se ha reducido a 1.770 km², con una anchura de hasta 60 km, como revelaron las imágenes satelitales del servicio de observación europeo Copernicus.
“Podría afirmar que está en las etapas finales de su vida… Está desintegrándose desde el interior. El agua es demasiado cálida para su supervivencia y su deshielo es constante”, comentó a la AFP Andrew Meijers, experto en oceanografía del British Antarctic Survey.
Transformación Inminente
El iceberg está en riesgo de desaparición y en un corto período podría quedar irreconocible.
“Esto probablemente continuará en las siguientes semanas, y pronto dejará de ser reconocible”, agregó.
A23a se separó de la masa continental en 1986, quedando más tarde atrapado en el mar de Weddell, donde permaneció inmóvil durante más de treinta años. Su trayectoria cambió en 2020 cuando comenzó a ser desplazado por la potente corriente circumpolar antártica.
En el mes de marzo de 2025, volvió a quedar atrapado cerca de Georgia del Sur, lo que generó inquietud sobre un posible peligro para las poblaciones de pingüinos y focas.
Concluyó su peregrinaje rodeando la isla y aumentando su velocidad bajo el efecto de las fuerzas de la marea y las aguas templadas que lo desgastaban.
Los científicos manifestaron su “asombro” de que su duración fuera tan extensa. “La mayoría de los icebergs no consiguen llegar tan lejos; están ‘sentenciados’ a desintegrarse tras abandonar la protección del clima antártico”, añadió Meijers.
La formación de icebergs es un fenómeno natural, y los científicos opinan que la tasa de producción de la Antártida ha incrementado, probablemente como resultado del cambio climático inducido por la actividad humana.
Con datos de AFP
D.D.
