Un Proyecto Sustentable desde las Aulas
En el punto de paso entre la pradera y el humedal conocido como El Vertedero, un grupo de trabajadores se encuentra colocando nuevos carteles informativos y contenedores para residuos. Lo que parece una tarea rutinaria de mantenimiento vial, en realidad, es parte de un proyecto ecológico ideado en el corazón de la Escuela Pública de Educación Técnica (EPET) N° 1, ubicada en la ciudad de Formosa.
Concientización y Acción para Cuidar el Entorno Natural
Con la participación de un grupo de profesores y 48 estudiantes, se emprendió un plan con el fin de sensibilizar sobre la relevancia de preservar y valorar el entorno natural. El objetivo es desplegar esta iniciativa de limpieza en todas las áreas protegidas de la región de Formosa.
Preparativos y Ejecución en la Región del Bañado La Estrella
El primer avance de este ambicioso proyecto tuvo lugar en un área clave del centro de la provincia, punto de acceso al majestuoso Bañado La Estrella, un rico ecosistema de 400 mil hectáreas a 300 kilómetros al noroeste de la capital provincial.
Tomando como materiales tachos descartados y productos reciclados, el grupo de Guardianes de Formosa -nombre que adoptaron los estudiantes y profesores de la EPET 1- puso en juego sus conocimientos en Construcción, Electromecánica, Herrería y Carpintería. Fabricaron contenedores de basura diferenciados por colores (verde para orgánicos, celeste para cartón y amarillo para plástico), que fueron colocados estratégicamente en las inmediaciones del puente.
Colaboración Comunitaria y Educación Ambiental
Un grupo de seis trabajadores, pertenecientes a una cooperativa y a la Comisión de Fomento del área Posta Cambio Salazar, se comprometió a recoger semanalmente la basura desechada por turistas y pescadores, protegiendo así este sensible ecosistema. Pablo Córdoba, abogado y fotógrafo enfocado en paisajes naturales, es el impulsor principal de esta valiosa acción.
Patricia Candia, jefa del área de Construcción del colegio, con pincel en mano para ultimar detalles en los contenedores, remarca que “el trabajo fue elaborado completamente por los alumnos en el taller industrial”. La directora María Ana López reconoce la valiosa contribución de los alumnos de sexto año en esta iniciativa.
La motivación para crear Guardianes de Formosa surgió espontáneamente entre los asistentes -predominantemente jóvenes- en las conferencias educativas que Pablo Córdoba ha realizado en varias instituciones culturales de la provincia.
En estas charlas, el conferencista resalta “la riqueza natural y cultural de Formosa como fundamentos del sentido de pertenencia de sus habitantes”, y dona un ejemplar de su libro “Paisajes de mi tierra” a la biblioteca del lugar.
El libro atrapa con una recopilación de imágenes y datos que dan cuenta de un patrimonio invaluable. Se destacan también la cultura de las comunidades wichi y pilagá, integradas ancestralmente a los desafíos medioambientales.
Palmares caranday se perfilan como fantasmas en terrenos inundados, y navegantes se enfrentan diariamente a crecidas del río Pilcomayo en sus botes a remo, reflejando la esencia de este aula natural.
Guardianes de Formosa apunta ahora a cooperar con estudiantes de otra escuela técnica en El Colorado, situada a unos 187 kilómetros al sureste de la capital, cerca del límite con Chaco, para regenerar el parque acuático del Camping Municipal, limpiándolo de objetos abandonados.
“Lo deseable es que otros centros educativos se sumen a este esfuerzo y lo extiendan a toda la provincia y al país. Nadie siente apego por lo que desconoce”, enfatiza Córdoba, decidido a continuar protegiendo su tierra ante el abandono.
