La espera por la Anefits y la visión de los expertos
Desde finales de marzo, el Gobierno ha retrasado la implementación de la Agencia Nacional de Evaluación de Financiamiento de Tecnologías Sanitarias (Anefits). Este fue un tema central durante un evento de la Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica, donde la especialista Natalia Messina fue invitada a hablar. Messina, quien en su tiempo trabajó como directora de Medicamentos Especiales y de Alto Precio en el Ministerio de Salud, ahora dirige el Centro de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, Acceso e Innovación (Cetsai) en la Universidad Isalud. Durante su intervención, señaló que “ciertas innovaciones son costosas comparamos con lo que realmente ofrecen”. También mencionó que la prescripción de estos medicamentos podría estar sujeta a presiones externas, incluyendo las sociales y las judiciales.
Ejemplos de tratamientos genéticos costosos
Un ejemplo destacado durante la discusión fue el Lenmeldy, una nueva terapia génica para tratar una rara enfermedad genética que causa acumulación de sustancias grasas y afecta sistemas nerviosos. Esta terapia está valorada en 4,25 millones de dólares, posicionándose desde marzo como el medicamento más caro en Estados Unidos. Otro caso señalado fue el de Vyjudek, dirigido a una enfermedad conocida como “piel de mariposa” por la extrema fragilidad de la piel y mucosas, que supera los 20 millones de euros por tratamiento.
Impacto de los medicamentos de alto costo
Estos tratamientos están destinados a enfermedades poco frecuentes, pero su alto precio constituye un desafío financiero insostenible para muchos, indicó la Agencia CyTA. Aunque representan los avances de la ciencia, también son percibidos como una amenaza significativa para la viabilidad económica de los sistemas de salud. Julieta Messina subrayó la importancia de proteger tanto al paciente como al sistema sanitario, ya que los precios conocidos en el mercado no reflejan necesariamente los costos de producción.
Messina destacó varios temas controversiales, como la incertidumbre en los beneficios reales de estos medicamentos. Explicó que, a menudo, las expectativas superan a la evidencia y definición de protocolos. Además, mencionó las dificultades para evaluar resultados debido a la falta de un registro electrónico en Argentina, lo que obliga a depender de datos internacionales. También destacó la inequidad en el acceso a medicamentos, donde la judicialización favorece a quienes tienen acceso a recursos legales. La falta de curación y evidencia limitada son otros problemas identificados, junto con una pérdida de oportunidades al destinar recursos a tratamientos caros, dejando de lado opciones más asequibles con sólida evidencia científica.
La especialista resaltó la necesidad de un marco que evalúe eficazmente la eficacia de los tratamientos, proponiendo ejemplos como compras conjuntas y acuerdos de riesgo compartido. Entre tanto, los laboratorios farmacéuticos, especialmente extranjeros, abogan por un sistema de patentes más beneficioso que proteja la exclusividad de sus innovaciones. Actualmente, la exclusividad es de 20 años desde el registro, pero la ausencia de registro permite que las copias, que reducen el precio de los originales, surjan antes.
