El caso de la niña de Córdoba afectada por fentanilo adulterado y sus múltiples secuelas

Introducción al caso de Catalina

En la ciudad de Córdoba, Catalina se ha convertido en el centro de conversaciones. A sus 11 años, habría tenido toda una vida por delante. Sin embargo, a finales de febrero, fue llevada a urgencias debido a una crisis asmática, una de muchas que había experimentado. Durante su internación de 51 días, fue sometida a fentanilo adulterado, lo que agravó su situación considerablemente. Su estado empeoró y le administraron más de la sustancia. Catalina llegó pesando 50 kilos, para tiempo después, su peso reducirse a la mitad.

Secuelas irreversibles

“Catalina enfrenta secuelas permanentes en varios aspectos: físico, neurológico y psicológico. Preferimos no entrar en detalles”, señalaron los abogados Emiliano Ramallo y Alexis Kohmann, quienes representan a su familia. Actualmente, la familia requiere de un perfil bajo ante los medios. Esta historia fue difundida por La Voz y buscada posteriormente por Clarín.

Contexto legal y sanitario

El caso de Catalina es parte de un problema mayor que afecta a más de 100 pacientes. La justicia, al cierre de este reporte, investigaba 96 muertes, posibles víctimas del fentanilo alterado, producido por los laboratorios HLB y Ramallo, propiedad de Ariel García Furfaro. En total, 17 personas están imputadas, 8 de las cuales se encuentran detenidas, mientras que 9 están en prisión domiciliaria. La investigación está a cargo del Juzgado Federal Nº3 de La Plata.

Analizar las declaraciones de los médicos y los reportes de instituciones como ANMAT y el Malbrán, resulta abrumador y difícil de comparar con la imagen de Catalina hospitalizada por 51 días. A sus padres les comunicaron varias veces que debían prepararse para lo peor debido a su estado crítico.

Los abogados destacan que las secuelas de Catalina son permanentes y que es casi milagroso que aún esté de pie. Recibe seguimiento diario por parte de diferentes especialistas debido a que fue dada de alta prematuramente para evitar una infección hospitalaria.

Catalina dejó la Clínica Vélez Sársfield a mediados de abril al tiempo que Giovanni, otro paciente, ingresaba al mismo hospital afectado por la misma droga contaminada. Giovanni, aún con cuatro meses de vida e internación al momento de cerrar la nota, no tenía actualizaciones recientes sobre su salud por parte de sus padres.

Actuaciones judiciales y demandas civiles

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“La pretensión preventiva” es una figura legal poco usual en casos similares, explica Ramallo. Se utiliza para prevenir daños futuros. Los abogados interpusieron una demanda civil y una penal bajo esta figura ante el Juzgado Federal Nº1 de Córdoba. El objetivo es que, de acceder el juez, unas 35 medidas preventivas sean dictadas para evitar futuras tragedias similares.

Si la demanda prospera, órdenes serán emitidas para modificar protocolos en todas las clínicas y hospitales del país. También se espera que ANMAT implemente un sistema de alerta temprana para notificar sobre posibles contaminaciones.

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Familiares siguen exigiendo medidas eficaces y rápidas para evitar la repetición de estos sucesos mediante sistemas de verificación y alerta para medicamentos comprometidos.

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