Contexto de la controversia en la ANDIS
El escándalo por los audios filtrados, en los que Diego Spagnuolo, exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), parece evidenciar un sistema de sobornos, ha puesto a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, en una situación comprometida. El término “droguería”, que se ha convertido en moneda corriente gracias a los farmacéuticos que anuncian: “No se preocupe, vuelva más tarde, que el medicamento se lo pido a droguería”, toma ahora una relevancia diferente, poniendo en relieve su rol dentro de la cadena de comercialización de medicamentos.
La complejidad del sector farmacéutico
El ámbito farmacéutico es intrincado y, para quienes buscan clarificarlo, resulta engañoso. Aunque parece que las normas del sector son estables, el dinamismo del contexto actual dificulta mantenerse al día. No obstante, hay un número restringido de actores principales, interconectados por ciertos canales de distribución, donde la compra y venta de productos farmacéuticos ha permanecido casi inalterada en las últimas dos décadas.
Es crucial dividir los actores de este sistema en oferta y demanda. En el lado de la oferta encontramos a las droguerías, que no deben confundirse con meros distribuidores. La cadena de valor de medicamentos en Argentina sigue un orden específico: primero, los laboratorios farmacéuticos; luego, los distribuidores; en tercer lugar, las droguerías; tras ellas, las mandatarias; y finalmente, las farmacias, que son las principales “bocas de expendio”, aunque algunas ventas se efectúan de manera directa a entidades públicas o privadas.
Rentabilidad en la cadena de distribución
En términos de beneficios, estar justo antes de la venta final favorece a las droguerías. Por ejemplo, cuando el Estado realiza licitaciones o compras directas, las droguerías suelen colocarse como proveedora directa, sin pasar por las farmacias. De esta forma, evitan ceder un elevado margen de ganancias a las farmacias.
A pesar de las ventajas de esquivar a las farmacias para no perder margen, las droguerías y laboratorios no quieren prescindir de ellas. Las farmacias no solo garantizan la distribución de medicamentos por todo el país, lo cual es esencial por su amplia cobertura, sino que también aseguran precios uniformes en toda Argentina.
El entramado comercial del medicamento
Para entender mejor el papel de las droguerías, es útil observar el inicio del proceso de distribución: los laboratorios, de los cuales más de 200 operan en Argentina y están agrupados en cuatro cámaras importantes: CILFA, Cooperala, CAEME y CAPGEN. Aunque CAEME incluye a multinacionales, las otras están compuestas principalmente por compañías nacionales. Estas organizaciones son clave en la oferta de medicamentos.
Un estudio de Carlos Vassallo, especialista en economía de la salud, revela que diez laboratorios concentran más del 42% de las ventas. Las distribuidoras, actuando como representantes de los laboratorios, facilitan el primer paso en el comercio de medicamentos. A diferencia de las droguerías, las distribuidoras no compran y venden medicamentos; ellas gestionan el inventario y logística, ofreciendo un valioso servicio.
Importantes distribuidoras incluyen a Disprofarma, Rofina y Farmanet, que gestionan productos de numerosas farmacéuticas. Luego, intervienen más actores, como las instituciones financieras o de salud (ya sean privadas o públicas) que adquieren medicamentos. La ANDIS, entre otros, podría ser uno de estos compradores.
Importancia de las droguerías
Una figura relevante en este esquema son las mandatarias, entidades que gestionan contratos para las compañías farmacéuticas. Farmalink es una de las más destacadas, encargándose de la negociación y seguimiento de contratos del sector. Por su parte, las droguerías ocupan su lugar entre distribuidoras y mandatarias, gestionando la venta directa en licitaciones.
Existen alrededor de 1.000 droguerías registradas, aunque solo tres manejan el 70% del mercado. Entre ellas se destacan Droguerías Del Sur, Monroe Americana, y Suizo Argentina. A lo largo de las últimas dos décadas, estas empresas han tenido que reformular sus modelos de negocio debido a la pérdida de rentabilidad, acercándose más a las farmacéuticas. Sin embargo, según algunas fuentes, las relaciones con los laboratorios se mantienen distantes.
La licitaciones y compras estatales ofrecen un rol clave a las droguerías, quienes evitan perder márgenes significativos en ventas directas al optar por no incluir a las farmacias. Esta dinámica puede desarrollarse a través de concursos oficiales o acuerdos extraoficiales, como los mencionados recientemente en los medios de comunicación.