Nuevos paradigmas en la adjudicación de herencias a descendientes
La práctica de favorecer al primogénito varón en la distribución de herencias y roles directivos dentro de empresas familiares ha sido una constante a lo largo de la historia, no solo entre la nobleza sino también en familias de alto rango social y económico. Esta inclinación tradicional por la figura masculina como heredero principal y gestor de los negocios ha marginado históricamente a las mujeres de oportunidades equitativas, remarcando estereotipos de género arraigados.
El derecho romano y la protección contra la inequidad
Para mitigar las desmesuras que podía provocar esta preferencia inequitativa hacia los varones, el derecho romano introdujo el concepto de herencia legítima. Este mecanismo buscaba asegurar una distribución más justa de los bienes, contemplando a todos los hijos sin distinción de género, ofreciendo así una salvaguarda contra la discriminación en la asignación de herencias.
En la actualidad, un litigio relativo a la herencia legítima ha capturado la atención pública y podría escalar hasta la Corte Suprema. El caso involucra a la familia Zuccardi, comenzando hace treinta años con la decisión de los progenitores de repartir equitativamente dos empresas constructoras entre sus tres hijos, pero reservando para José el negocio más lucrativo de la familia, la vinícola. Cristina Zuccardi ha expresado a los medios que estas acciones no fueron justas, aunque reconoce que en ese entonces esta práctica era común.
La evolución del Código Civil y Comercial refleja un cambio significativo en la cultura jurídica, que se alinea con las transformaciones en las estructuras familiares y las dinámicas económicas y sociales. Mariana Iglesias, experta en Sucesiones, destaca este cambio y subraya que el análisis de casos como el de Zuccardi evidencia avances, aunque graduales, en cómo se manejan las sucesiones en el nuevo siglo, sugiriendo que los cambios cobrarán mayor velocidad con las futuras generaciones.
Un fallo con perspectiva de género
El reclamo de Cristina Zuccardi culminó en una decisión sin precedentes de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, que no solo obligó a José a compensar económicamente a su hermana con doce millones de dólares por la asignación desigual de la herencia sino que también resaltó la necesidad de aplicar una perspectiva de género en el juicio. Este enfoque subrayó cómo los estereotipos tradicionalmente han limitado el papel y la capacidad de las mujeres dentro de las dinámicas de herencia y gestión empresarial.
A pesar de la resistencia inicial de José al veredicto y su intento de recurso ante la Corte Suprema Nacional, es crucial retomar los aspectos iniciales del conflicto para comprender plenamente su alcance y las implicancias para futuras disputas hereditarias.
Impacto económico y cambios normativos
El impacto financiero del juicio se detalla en la estimación de los valores de mercado de los activos en disputa, resaltando la disparidad en la distribución de la herencia entre Cristina y José, y poniendo de relieve las significativas diferencias monetarias que se les asignaron. A pesar de las objeciones de José sobre cómo deben evaluarse económicamente las empresas, el fallo subraya la necesidad de un cambio en cómo deben considerarse y distribuirse los bienes, evidenciando la urgencia de actualizar los criterios sucesorios para reflejar equidad y justicia en un contexto moderno.
Este caso resalta un movimiento hacia una mayor igualdad y justicia en la distribución de herencias, desafiando las prácticas desiguales arraigadas y fomentando un enfoque más inclusivo, que considera la capacidad y el mérito individuales por encima de los prejuicios de género.
