En la madrugada del 28 de junio de 1969, el Stonewall Inn, un local en Nueva York frecuentado por personas de la comunidad LGBTQ+, sufrió una redada policial. Este evento, que involucró una gran resistencia, fue un catalizador que impulsó un movimiento mundial por los derechos de la comunidad. Desde entonces, esta fecha se celebra como el Día del Orgullo, en oposición a la vergüenza histórica.
A pesar de los avances significativos en términos de derechos a lo largo de los años, aún persisten la desigualdad y la discriminación, las cuales se han intensificado en el contexto actual, que es complejo y lleno de retrocesos.
Varias empresas que anteriormente adoptaban políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) han retrocedido en sus esfuerzos, especialmente algunas grandes corporaciones multinacionales que han seguido las políticas impuestas por la administración de Donald Trump.
Según la Consultora Michael Page, en su ‘Estudio de Tendencias y Guía Salarial Argentina 2025’, basado en encuestas a más de 1800 organizaciones y profesionales, solo el 23,8% de las empresas en Argentina implementan políticas de contratación inclusiva. Este porcentaje se reduce aún más en posiciones de liderazgo, alcanzando solo el 11,2%.
Actualmente, apenas el 31,8% de las empresas ofrece formación en temas de diversidad. Según la consultora, “capacitaciones en estos temas, aprender vocabulario apropiado, entender los desafíos de las comunidades LGBTIQ+ y superar estigmas son cruciales para promover la empatía y el respeto mutuo”. Esto subraya la importancia de la educación constante para crear ambientes laborales inclusivos y respetuosos.
Causas de la discriminación
El “Género, identidad de género y/o sexo” es uno de los principales factores de discriminación, según el informe de Talent Trends. Este tipo de discriminación afecta la productividad y la retención del personal: el 60% de los empleados se siente menos motivado o productivo, el 54% sufre de estrés y agotamiento, el 61% se percibe infravalorado y el 66% está insatisfecho con su empleo.
La discriminación en los procesos de selección y en las oportunidades de desarrollo, así como las situaciones de violencia diaria en el lugar de trabajo, siguen siendo frecuentes y muchas veces son invisibles. Aquellas empresas que se comprometan con la inclusión crearán ambientes más positivos y productivos, motivando a las personas a trabajar y permanecer en ellos, lo cual beneficia a toda la organización, afirma Miguel Carugati de PageGroup.
El estudio sobre Diversidad Laboral de Bumeran, una aplicación de empleo en América Latina, indica que el 71% de los empleados ha enfrentado discriminación en el lugar de trabajo. El 55% menciona ser discriminado por su edad, seguido por un 20% debido a su género y un 11% por su color de piel.
Además, el 74% de los encuestados cree que su lugar de trabajo no implementa medidas efectivas para fomentar un ambiente inclusivo. Las principales razones incluyen la falta de igualdad en oportunidades de desarrollo (30%), entornos laborales no acogedores ni respetuosos (30%) y ausencia de políticas de cuidado (13%).
La necesidad de un cambio
El informe muestra que 7 de cada 10 trabajadores han experimentado discriminación en su empleo. Argentina se posiciona como el país en la región con más reportes de estas situaciones. Además, más del 70% considera que las empresas no implementan políticas para crear espacios inclusivos. Esto revela que todavía queda mucho por hacer para que las organizaciones fomenten entornos laborales diversos y justos, tal y como indica Melisa Fürst, Líder Regional de Marketing de Bumeran.com.ar en Jobint.
Desde el Foro por la Diversidad, la Equidad y la Inclusión, compuesto por organizaciones sociales, consultoras especializadas, referentes académicos y medios en Argentina, se emitió un comunicado que insta a las empresas a seguir trabajando por una cultura laboral inclusiva, manteniendo activa una agenda de derechos en un entorno donde prevalecen retrocesos y desafíos, principalmente en la inclusión laboral de las personas trans.
“La verdadera inclusión no puede limitarse a declaraciones públicas, requiere acciones claras y sostenibles. Crear lugares de trabajo inclusivos demanda políticas constantes, decisiones firmes desde el liderazgo y la disposición de recursos, espacios de formación y canales de queja”, recalcaron.
“Valoramos a las entidades que han avanzado en este camino e incentivamos a seguir fortaleciendo sus acciones. También llamamos a aquellas que aún no han comenzado, o que han suspendido sus iniciativas, a reevaluar la importancia de mantener una agenda activa de diversidad, equidad e inclusión, incluso ante desafíos adversos.”, concluyeron.