La Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) ha presentado un nuevo consenso en relación a los valores normales de presión arterial. Este ajuste busca prevenir al menos el 15% de los episodios de infarto y accidente cerebrovascular (ACV). En el caso de los ACV, el beneficio podría alcanzar hasta el 18%.
Razones detrás del nuevo estándar
Los cambios en los estándares, acordados con la Sociedad Argentina de Cardiología y la Federación Argentina de Cardiología, fueron detallados a Clarín por Nicolás Renna, quien ha liderado la SAHA. La razón principal para esta modificación es crucial, ya que para muchos pacientes mantener una presión un poco más baja que la anteriormente aceptada podría ser la diferencia entre seguir viviendo o una muerte temprana.
Los estudios y ensayos clínicos han permitido a los especialista determinar que para quienes sufren de hipertensión, sus niveles de presión no deben estar ya en 14/9 sino que deberían limitarse a 13/8. Este pequeño cambio podría tener un notable impacto en la salud pública si logra cumplirse.
Desafíos en el control de la hipertensión
El problema es claro: a pesar de los beneficios, la realidad dista de ser ideal en cuanto al manejo de la hipertensión en el país. Según la SAHA, solamente el 40% de aquellos que padecen hipertensión lo saben y de esos, únicamente el 20% está recibiendo tratamiento adecuado.
Esta afección es frecuentemente subestimada, principalmente porque no presenta síntomas evidentes. Su avance silencioso hace que, cuando los síntomas aparecen, a menudo sea de manera alarmante.
La importancia de un diagnóstico temprano
La baja tasa de diagnóstico entre los hipertensos refleja una deficiencia en el sistema de salud, tal como mostró Clarín en un reporte previo de la SAHA que reveló que sólo el 14% de los médicos verifica la presión de sus pacientes.
Las cifras no son alentadoras: se estima que entre el 35% y 40% de la población adulta padece hipertensión, una cifra significativamente por encima del promedio mundial, lo que se traduce en unos 15 millones de argentinos afectados.
Pero, además de la amplia cantidad de hipertensos que permanecen sin diagnóstico, surge la pregunta: ¿por qué tantos que han sido diagnosticados no siguen un tratamiento eficaz?
Renna señala que “De cada cinco hipertensos con diagnóstico, sólo uno tiene su presión controlada adecuadamente. Esto puede deberse a varias razones: el paciente puede no tomar su medicación, pero también puede que el tratamiento no sea el adecuado. El resultado es que cuatro de estos pacientes enfrentan un mayor riesgo de infarto, insuficiencia renal y ACV”.
Hace poco, se aprobó un nuevo consenso sobre los niveles de presión arterial para gestionar mejor esta condición. Como indica Renna, una presión inferior a 13/8 debería ser el nuevo objetivo, dado que controlar la presión con un umbral de 14/9 ya era un desafío, el cual ahora se magnifica.
Renna explicó que estos parámetros cambiaron tras una revisión de la evidencia para ajustar las guías de tratamiento para la hipertensión. La última revisión fue en 2017, y en esta ocasión se busca optimizar en el consultorio y en el hogar las estrategias farmacológicas, de control y de hábitos saludables que ayudan a reducir la presión arterial.
La conclusión que justifica estas nuevas directrices se basa en que reduciendo la presión arterial a menos de 13/8 en personas hipertensas, se disminuye considerablemente la incidencia de infartos y ACV, en un 15% y 18% respectivamente.