En Buenos Aires, se han introducido tres cambios significativos en el protocolo del SAME para afrontar los casos de ACV isquémico, una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en Argentina, con alrededor de 1,500 casos anuales solo en la ciudad, lo que representa cerca de cuatro incidentes diarios.
La afección puede acarrear serias consecuencias, aunque, afortunadamente, existe un tratamiento farmacológico llamado “tromboembolítico” que puede mitigar estos efectos. La limitación es que debe ser administrado dentro de las 4.5 horas posteriores al ataque. Este periodo crítico es, según los especialistas, la “ventana de oportunidad”.
Importancia de un Diagnóstico Rápido
Un sistema de salud eficaz aumenta las probabilidades de que los afectados puedan recibir atención dentro de ese valioso lapso. Para ello, es crucial un diagnóstico rápido o, al menos, una sospecha inmediata, seguido de una adecuada infraestructura médica para intervenir. Este es el foco de las nuevas medidas.
Diferencias entre Tipos de ACV
Es esencial distinguir entre el ACV hemorrágico, que no utiliza el tratamiento mencionado, y el isquémico. Este último es causado por un coágulo que se traslada al cerebro y es el responsable del 70% a 90% de los casos de ACV. La ventana de tratamiento es lo que puede prevenir daños severos y discapacidad permanente.
Anteriormente, se discutió la creación de redes interprovinciales para superar las distancias y carencias de recursos en ciertas áreas, permitiendo a los médicos generales, a través de teleconsultas, diagnosticar rápidamente y aplicar el protocolo apropiado en cada situación.
Mejoras en el Protocolo de Buenos Aires
En Buenos Aires, aunque las distancias no representan el mismo desafío, y hay una población mucho más densa, el nuevo protocolo sigue el mismo ánimo de mejora. La subsecretaria de Atención Hospitalaria, Laura Cordero, indicó que ahora hay más hospitales listos para atender estos casos.
Cordero explicó que, de contar con solo dos hospitales preparados, se ha pasado a tener seis, estratégicamente ubicados para cubrir la mayor parte del área de la ciudad. A los ya implicados hospitales Pirovano y Ramos Mejía, se suman ahora Durand, Argerich, Fernández, y Santojanni.
Otro cambio crucial es la respuesta del SAME, que ahora dirige a los pacientes con urgencia a donde pueden recibir el tratamiento inicial de trombólisis, evitando traslados innecesarios y así acortando el tiempo hasta el tratamiento.
Activación del Código ACV
Al identificar un posible ACV, se activa el código ACV, involucrando a todo el personal necesario para reducir los tiempos diagnósticos y de intervención. Esto elimina el tiempo de espera en el traslado al centro más cercano, ya que el SAME se dirige directamente a uno de los seis hospitales preparados.
No se malgasta tiempo en verificar la disponibilidad de camas, ya que al activar el código, el hospital se prepara para recibir al paciente de inmediato; desde el personal médico esperando al paciente, hasta los radiólogos listos para evaluar imágenes.
Si tras 48 a 72 horas el paciente muestra mejoras, pasa a rehabilitación en el hospital Rocca. Si no, se considera una segunda fase de tratamiento: la trombectomía mecánica, realizada en hospitales que cuentan con el equipo necesario.
La clave para Cordero es que, a medida que el sistema se afine, más pacientes podrán comenzar una rehabilitación temprana y coordinada, mejorando considerablemente sus perspectivas de recuperación y calidad de vida.
PS