La inolvidable huella de Modesto Ederra en la literatura argentina
En la historia de la literatura argentina, destaca una figura cuyo legado trascendió generaciones, convirtiendo el acto de leer en una tradición familiar transgeneracional. Esta persona, de nombre Modesto Ederra, logró a través de una visión editora única y un enfoque en la narrativa popular, cultivar un amor perdurable por la literatura en papel entre los argentinos. Su habilidad para capturar la esencia de lo que el público lector deseaba le permitió abarcar una diversidad de géneros, consolidándose así en el corazón de quienes, en ese entonces, prescindían de las pantallas para entregarse al mundo de las historias impresas.
Una vida dedicada a la literatura
Ederra, quien pasó a mejor vida hace ya veinte años el 23 de diciembre, dejando un vacío en el panorama mediático de las generaciones actuales, influenció profundamente a los antepasados de estos jóvenes. Con una oferta literaria que incluía desde relatos de valientes aventureros y personajes míticos hasta cuentos de amor adolescente y exploraciones futuristas, como el viaje a la Luna y aventuras submarinas, Ederra supo crear un catálogo inolvidable de historias. Nacido en Bahía Blanca al albor del siglo XX, creció en un mundo ajeno a las devastaciones de las guerras mundiales que marcarían a la humanidad. Luego de un intento fallido de unirse a la Marina que lo llevó a Nueva York, Ederra encontró su vocación en el mundo de la edición y la literatura.
El nacimiento de una era dorada en la editorial Acme Agency
Tras su regreso a Buenos Aires y empleándose en Acme Agency, una editorial en declive, Ederra se embarcó en una aventura que cambiaría el curso de la industria editorial en Argentina. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial y sus desafíos, Ederra y la editorial encontraron una oportunidad de oro. A lo largo de los años, Acme amplió su catálogo, diversificando su oferta y consolidándose en el mercado. La colaboración con Amadeo Bois y la adquisición de famosos títulos como “David Copperfield” y “Robin Hood” marcaron el inicio de una época de prosperidad y crecimiento para Acme.
Este éxito editorial no hubiera sido posible sin la participación de figuras destacadas como Carlos Abraham y José Montero, cuyos análisis enriquecieron la comprensión del fenómeno editorial que Acme representó. La editorial se ganó un lugar especial en el corazón de los lectores gracias a su icónica colección de tapas amarillas, que contó con ilustraciones de Pablo Pereyra y colaboraciones de autores renombrados. Entre 1943 y 1986, esta colección enriqueció la literatura argentina con 240 títulos, manteniendo su relevancia mediante reimpresiones hasta 1992.
La colección atravesó tres etapas claramente definidas, desde sus inicios en 1943 hasta el inevitable declive post-1967 ante el avance tecnológico y cambios en el consumo de literatura. Sin embargo, títulos como “Mujercitas” o “Peter Pan” se convirtieron en verdaderas puertas a mundos inimaginables, ofreciendo aventuras y relatos que tocaban el corazón de sus lectores.
En resumen, la colección de Acme y su universo de tapas amarillas representaron no solo un hito editorial en Argentina sino también una puerta a la imaginación y el conocimiento. Grandes autores y obras, desde Emilio Salgari hasta Louise May Alcott, pasando por Julio Verne y muchos otros, formaron parte de esta épica literaria que aún hoy resuena en las memorias de quienes crecieron con sus páginas. Hoy, esas mismas colecciones sobreviven en librerías de segunda mano, como un testamento a la época dorada de la literatura impresa en Argentina.
