El impacto del accidente cerebrovascular
La noticia del fallecimiento del Papa Francisco a sus 88 años debido a un accidente cerebrovascular, también conocido como ictus, fue confirmada por el Vaticano. El evento desencadenó un coma y una posterior falla cardiocirculatoria irreversible. Los accidentes cerebrovasculares afectan anualmente a millones de personas, por lo que es esencial tratarlos con la máxima prontitud. La detección temprana puede disminuir significativamente las consecuencias o incluso salvar vidas.
Importancia de la detección temprana
Jorge Tartaglione, distinguido cardiólogo y expresidente de la Fundación Cardiológica Argentina, señaló en una entrevista con Clarín que en Argentina se produce un accidente cerebrovascular cada 4 minutos, sumando 130.000 casos al año. “Es la principal causa de discapacidad después de los 60 años y la tercera causa de muerte, provocando 20.000 muertes al año”, destaca.
Reconocimiento de los síntomas
La detección inmediata de los signos es vital, según Tartaglione: “Debilidad en un brazo o pierna, pérdida brusca de visión, dificultad para hablar, inestabilidad y vértigo, o visión disminuida en un ojo. La información juega un rol crucial en la prevención y el diagnóstico precoz. A mayor conocimiento, mayor es la probabilidad de salvar vidas, ya que el tiempo es crucial.”
Por cada minuto perdido debido a un accidente cerebrovascular, se destruyen 2 millones de neuronas. La acción debe ser inmediata. Tartaglione sugiere recordar la palabra ‘Rápido’: ‘R’ por rostro caído, ‘A’ por alteración del equilibrio, ‘P’ por pérdida de fuerza en un brazo, ‘I’ por impedimento visual, y ‘D’ por dificultad para hablar. `O` es obtener ayuda médica de inmediato.
El método FAST es una herramienta en inglés que ayuda a identificar rápidamente los síntomas de un ictus. Este acrónimo es esencial para reconocer y actuar. “Debes solicitar a quien está enfrente que ejecute estas acciones si sospechas un ictus”, explica Tartaglione.
F (Face / Cara): ¿Un lado de la cara cae al sonreír? La asimetría facial es un indicio.
A (Arms / Brazos): ¿Puede levantar los dos brazos, o uno se debilita? La pérdida de fuerza es clave.
S (Speech / Habla): ¿Presenta dificultad en el habla o pronuncia palabras desconexas? Intenta que repita una simple frase. La incoherencia o arrastre al hablar es alarmante.
T (Time / Tiempo): La presentación de estos síntomas exige acción inmediata y contactar con servicios de emergencia. Cada instante cuenta.
“Si detectas alguno de los signos mencionados, llama al servicio de emergencias de inmediato. Cada minuto es vital. Desde el transporte, la recepción, hasta la evaluación del paciente. Si se inicia un tratamiento con fibrinolíticos en la primera hora, y no hay contraindicaciones, el pronóstico mejora considerablemente”, enfatiza.
Tartaglione subraya que la mayoría de los ictus pueden evitarse: “El 82% se pueden prevenir. Sin embargo, existen factores de riesgo. Hipertensión, diabetes, tabaco, colesterol alto y alcohol son algunos. ¿Cómo reducimos esos riesgos? Controla tu presión, deja el tabaco, realiza ejercicio físico y monitorea tu pulso. Esto es fundamental porque después de los 60, la fibrilación auricular es muy común.”
Informarse, actuar con rapidez y prevenir son esenciales. El caso del Papa Francisco destaca la relevancia de una afección muchas veces prevenible, donde actuar al instante puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.