El servicio de autobuses en Bahía Blanca tuvo que ser interrumpido después de que al menos 15 vehículos pertenecientes a varias líneas fueran objeto de apedreamientos desde las primeras horas del día. Originalmente, se esperaba que este transporte funcionara con normalidad en la ciudad a lo largo del jueves, a pesar de la huelga general convocada por la CGT, la tercera en oposición al gobierno de Javier Milei.
Decisión de la UTA
Debido a estos actos de agresión, que causaron fractura de ventanas y otros daños a los autobuses, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) tomó la decisión de hacer que los conductores regresaran a las estaciones de inicio.
“De común acuerdo con las empresas y debido a la escalada de daños y actos de vandalismo en los autobuses, se ha decidido detener los servicios para garantizar la seguridad de pasajeros, conductores y vehículos”, fue el comunicado del sindicato de conductores que se compartió con los medios locales y que el diario La Nueva replicó. Cabe destacar que la UTA no se sumó a la medida de fuerza a nivel nacional.
Hipótesis de los Hechos
La primera teoría sugiere que los atentados podrían ser obra de algún grupo sindical que buscaba obligar a que los autobuses se unieran al paro, ya que ocurrieron casi simultáneamente en diferentes ubicaciones de Bahía Blanca, que aún está lidiando con las secuelas del destructivo temporal que la afectó hace un mes.
Seguimiento de la Situación
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