El revelador detalle sobre las prepagas que surge hoy y la incertidumbre sobre el futuro de la triangulación

La incertidumbre de los afiliados a prepagas

En los próximos días, los afiliados a servicios de medicina prepaga recibirán un correo de sus respectivas compañías. Este correo es parte del proceso habitual de notificación que se ha establecido desde la flexibilización de diciembre, que informa sobre cualquier aumento de cuota a mitad de cada mes. Sin embargo, esta vez, especialmente para alrededor de 1,4 millones de trabajadores que han destinado sus aportes a través de obras sociales, el contenido de ese correo es un verdadero enigma.

Esto se debe a que la próxima facturación será la primera tras la eliminación por parte del Gobierno de la “triangulación” o intermediación entre obras sociales y prepagas. Esta medida permite que, salvo indicación contraria, los aportes de los afiliados se transfieran directamente a las empresas prestadoras.

Impacto en las cuotas y el sector privado

Sin el “peaje”, término que el Gobierno usa para describir el porcentaje que retenían las obras sociales, se sugiere que esta decisión debería traducirse en una reducción de las cuotas para los afiliados. No obstante, fuentes integradas en las discusiones con el sector privado han señalado que “la disminución de las cuotas es un malentendido”.

El verdadero enigma comenzará este jueves, cuando se publique el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que elabora cada mes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Desde ese momento, las prepagas contarán con un plazo de cinco días para reportar a la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) cualquier actualización en los valores de sus cuotas.

Esto también implica que desglosen detalladamente los elementos que componen las cuotas mensuales, promoviendo una mayor transparencia respecto a los costos.

Con el flujo de aportes ahora directo a las prepagas, surge la pregunta de por qué no se reducen las cuotas mensuales. Las fuentes señalan que “no se puede ver de manera lineal”, destacando que “la eliminación de la triangulación no resuelve los problemas financieros del sistema de salud privado”.

Hasta la implementación de la nueva normativa, los empleados que optaban por una prepaga tenían que destinar parte de sus aportes a una obra social, que retenía entre el 3% y el 10% por la intermediación. Según la SSS, este “peaje” permitió la creación de estructuras conocidas como “sellos de goma”, unas veinte en total, que se dedicaban únicamente a capturar esos fondos sin ofrecer servicios genuinos.

Entonces, ¿dónde va el dinero que ya no perciben las obras sociales? El sector privado recalca que aunque la medida es “excelente por eliminar peajes innecesarios”, no impactará directamente en el precio de las cuotas.

“Lo que podría observarse, quizás en casos de sueldos más altos, es una disminución en el dinero disponible, ya que lo que antes se destinaba a la obra social podría cubrir ahora un mayor porcentaje del costo de su prepaga. Sin embargo, esto no responde a las necesidades financieras actuales de las prepagas, que decidirán subir o no sus cuotas según sus circunstancias”, aclaran en el sector.

Las prepagas aseguran que “es más sencillo para el Gobierno sugerirnos bajar las cuotas que buscar soluciones que nos permitan mantener el nivel de servicio sin incrementarlas”.

Dan como ejemplo el coste elevado de ciertos medicamentos: “Afiliados que requieren tratamientos oncológicos no aprobados específicamente para determinada afección, cuyo costo anual puede ascender a 800.000 dólares, enfrentan una demanda por cobertura sin respaldo adecuado”.

Por otro lado, fuentes gubernamentales afirman lo contrario respecto al supuesto beneficio en la cuota derivado de la eliminación de la triangulación.

Mencionan que, tras reunirse la semana pasada con varias prepagas (debido a problemas de agenda, aún quedan más reuniones en agenda), se estableció claramente que “no habrá aumento y, quizás, incluso una reducción respecto a los niveles actuales”.

Se clarifica que “las prepagas deben reportar sus valores a la SSS después de la publicación del IPC, ya que sus costos se calculan basados en este índice. Es evidente que aumentar no debería ser la única opción a considerar, según lo dialogado”.

El Gobierno sostiene que con el fin de este mecanismo de intermediación, se redirigirán unos 180.000 millones de pesos mensuales “de manera más eficiente, lo que económicamente beneficiará a las prepagas”. Con su expectativa de inflación a la baja y normalización de costos, este cambio “debería reflejarse en lo que abona el afiliado cada mes”.

Quizás también te interese:  Impacto del turismo y mosquitos: el ministro revela predicciones sobre dengue para el resto del verano

Sobre este tema, las empresas señalan a Clarín que “debemos recordar que la contribución del sector de medicina prepaga al IPC es del 0,08%, y que si los costos de salud, incluidos los medicamentos, no hubieran aumentado en diciembre, la variación en el costo de vida habría sido del 2,53% en comparación al 2,7% del mes anterior. La sanidad privada no tiene un peso significativo en el índice”.

El “malentendido” al que se refieren radica en que “durante las reuniones con el Gobierno algunas prepagas reciben indicaciones de que sus incrementos son excesivos, o se les indica que deberían haber ajustado menos, pero siempre se les insta a reducir las cuotas. De ahí que se espere que con el fin de la triangulación, también disminuyan las cuotas o al menos no se eleven”.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad