Durante la misa realizada en la Basílica de Luján, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, instó a no caer en la desilusión del “no se puede” tras finalizar la tradicional peregrinación anual. Con sus palabras, buscó alentar a aquellos que sufren bajo el peso de la pobreza, las secuelas del narcotráfico, las enfermedades y la soledad.
Un llamado a la esperanza
“En nuestra tierra hay numerosos hermanos que ya no encuentran fuerzas para seguir adelante, que no ven un propósito en sus vidas y han detenido su andar. Llevamos en nuestro corazón su pobreza, las consecuencias del narcotráfico, las enfermedades y la soledad. Peregrinamos por ellos, cargándolos en el alma, porque no deseamos ser un pueblo insensible ante tanto sufrimiento”, expresó García Cuerva al finalizar la 51ª peregrinación anual a Luján.
El arzobispo presidió la celebración religiosa esta mañana cuando la mayoría de los miles de peregrinos ya había llegado a la basílica, formándose largas filas en su exterior.
Un pueblo que camina unido
“Andamos por los que ya no pueden más; por nuestros abuelos; por nuestros adolescentes y jóvenes afectados por la droga y el alcohol; por los que han perdido a seres queridos a causa de la violencia; por los más desfavorecidos; por los niños; por las familias; por aquellos que buscan empleo; por nuestros ideales; por nuestra Patria”, agregó.
“Hoy le afirmamos a la Virgen de Luján que como pueblo no cejaremos frente a los obstáculos del camino; no tomaremos caminos fáciles y engañosos llenos de promesas vacías”, declaró.
Finalmente, señaló: “Junto a nuestra Madre prometemos perseverar, pues no todo está perdido. Aunque descansemos nuestros cuerpos, nuestros corazones seguirán latiendo; regresarán a sus hogares impulsados por el amor de una Madre, que nunca nos deja solos y nos anima a avanzar con esperanza, promoviendo la fraternidad, el diálogo y el encuentro entre los argentinos”.
Previo a la peregrinación, García Cuerva había abordado el tema del narcotráfico. En una entrevista radial, el arzobispo de Buenos Aires advirtió que la ausencia del Estado abre paso al crimen organizado, comentando: “Merecemos algo superior, no un narcoestado”.
“Es un problema que atraviesa todo nuestro país. Somos conscientes de que cuando el Estado abandona los barrios, la situación se complica y sientan las bases para lo que denominamos el narcoestado”, evaluó el arzobispo.
Criticó además a los líderes políticos. “Los argentinos merecemos una situación mucho mejor, la oportunidad de liberarnos de la sombra del narcoestado, del narcotráfico, de ese mal que tanto daño causa a nuestra gente”, manifestó.
